En el centro de la ciudad, la antigua estación de ferrocarril dejó atrás el gris tan clásico de estos edificios y se refaccionó para albergar un poco de la historia hogareña de los vecinos de Plottier.
Entre sus paredes, a lo largo de los dos pisos que contienen las cinco salas. se colocó hace un año el Museo de la Ciudad.
Las salas contemplan distintos pasajes de la vida de la comunidad.
La primera se dedica a los primeros pobladores de estas tierras, los dinosaurios y contiene partes del Dinosaurio Sauripoda, hallado en cercanías de la ciudad.
En una segunda sala se colocó los objetos de aborígenes de la zona como aros, elementos de trabajo e instrumentos.
Luego se puede visitar la sala de las instituciones donde se exponen elementos de trabajo del cuerpo de bomberos y policía de la ciudad a la vez que documentos y fotografías de los responsables municipales desde la fundación de Plottier.
Por último, la sala de los vecinos ofrece un delicioso material para apelar a los recuerdos. Allí hay objetos antiguos que comparten su estadía con otros de pocos años atrás, clásicos en todas las viviendas.
En el parque que rodea esta institución se colocó el Museo a Cielo Abierto que se había creado en 2003 para la exposición de antiguas maquinarias agrarias donadas por vecinos.
Así, estos dos paseos junto al Salón Cultural que está ubicado frente a ellos y donde se organizan las conferencias, presentaciones de libros y ensayos diversos, generan un parque histórico-cultural imperdible. Una invitación a revivir la historia de la ciudad y, en cierta medida, de la región.