Como la mayoría de las localidades neuquinas Plottier no tuvo un acto fundacional con formalidades legales. Su nacimiento es la consecuencia de un proceso de ocupación del espacio por núcleos pobladores inmigrantes que convivieron en las colonias agropecuarias impulsadas por el Dr. Alberto Plottier. Ese proceso poblador tiene su punto de partida en 1908 cuando la sociedad de los Hermanos Plottier inició los trabajos de instalación de su establecimiento "Los Canales" en el paraje "Laguna Larga" del territorio neuquino.

Otro hito fundamental fue el comienzo de la colonización el 30 de mayo de 1920 con la radicación de familias suizas en las cercanías de La Herradura, donde hoy funciona la escuela EPEA Nº 2, desarrollando la Colonia Suiza. A partir de allí se escalonaron los desarrollos agropecuarios de "El Triángulo" de Arando y de Zavaleta; "Viña del Río" del Félix Muñoz; "San Agustín" de Agustín Battilana y la "Colonización Ferrocarril Sud", llamada popularmente "Colonia Inglesa"; después de la Guerra de Malvinas de 1982, esta última fue rebautizada como "2 de Abril".

El establecimiento "Los Canales" de los hermanos Alberto, Eugenio y Adolfo Plottier, fue uno de los emprendimientos agroproductivos surgidos del proceso de subasta de las tierras ganadas por el triunfo militar sobre los pueblos originarios, en la mal llamada Campaña del Desierto. Varias leyes nacionales enmarcaron estas transacciones, determinando obligaciones para los compradores para afectarlas a la agricultura y al pastoreo. También quedaban comprometidos a realizar instalaciones fijas, canales de riego, obras viales y a favorecer la radicación de familias para la colonización agrícola.

En 1908 Alberto Plottier adquirió a Valentina Brun de Duclout 13.261 hectáreas de los lotes 10, 13 y 14 del I Departamento territorial neuquino y realizó con la sociedad familiar una fuerte inversión económica en nivelación de campos, canales de riego, plantas de bombeo mecánico para llevar agua del río a los canales, alambrados, caminos rurales, campos de laboreo agrícola, montes frutales, densas arboledas. El cultivo de vides de calidad posibilitó la elaboración de vinos en la primera bodega regional, con cubas de roble traídas de Francia. También erigió una hermosa mansión en cercanías de la Laguna Larga, donde vivió con su mujer y sus hijos.

El periódico "Neuquén" del 25 de mayo de 1910, al comentar los avances de la región en el Centenario de la Revolución de Mayo, llama al Dr. Plottier "Campeón de la civilización". Al pie de una fotografía del médico uruguayo incluye el siguiente texto: "San Eugenio, sobre las costas del Limay, moderno establecimiento agrícola, el más importante del territorio".

La misma publicación vuelve a ocuparse de "San Eugenio", que era el nombre del núcleo central del establecimiento Los Canales, en la primera plana de su edición del 13 de enero de 1912. El periodista Adan Evans hizo una descripción de las colonias agrícolas cercanas a Neuquén Capital, pero adjudicó los mejores calificativos para la propiedad de los "Sres. Plottier". Destacó en su artículo el afecto de los anfitriones y luego detalló los 50.000 forestales, 2.350 frutales, 150.000 viñas y las 50 hectáreas de alfalfa, entre otras producciones que encontró en su recorrido. Evans quedó sorprendido por la traza del canal principal, próximo a habilitarse. La "Guía comercial Edelman´ de 1924, destacó la trascendencia de este canal de 7 kilómetros con capacidad de riego para 200 hectáreas y con elevación del agua del río por dos bombas extractoras con motores Amsterdam de 75 H.P.

Las bondades de la red de riego estimularon el trabajo en las otras colonias agropecuarias, propiciando un gran crecimiento en la producción de manzanas, peras y duraznos, nueces y uvas para vinificar. Tampoco faltaron lotes con maíz, trigo y alfalfa. Para alimentar a las familias colonas se criaron aves de corral, cerdos, conejos, ovejas y vacunos. Al pie de las bardas surgieron los hornos ladrilleros usando la abundante arcilla acumulada.

En el trabajo de estos núcleos de pioneros fue destacado por funcionarios, periodistas y escritores. Entre estos últimos, Félix San Martín. En 1933 hizo el siguiente comentario sobre los pioneros de Plottier, en su libro "En tierras del confín": "Hemos asistido a la transformación verdaderamente asombrosa del erial que se extendía al oeste de la capital. Hace 20 años no había en aquella región ni donde pastaran las tropillas de viaje con las que pobladores del interior llegábamos a Neuquén. Un día apareció allí un hombre emprendedor e inteligente; levantó su casa a orillas del Limay y comenzó su recia batalla con el médano. Felizmente no le faltó dinero ni energías, y a la vuelta de pocos años, el doctor Alberto Plottier convirtió el yermo en un jardín. Él mostró el camino y con su hermosa obra de de domador del desierto hizo escuela y tuvo cientos de imitadores. Hoy, aquella tierra desolada por dónde pasábamos envueltos en una nube de arena, acoge al viajero entre magníficas avenidas arboladas, sembradíos, viñas y frutales. Hay allí trabajadores enérgicos que están realizando una obra meritísima. En pocos años, ese valle del Limay será otro de los asombros de esta tierra."

En cada aniversario de su municipalización la población reflexiona sobre las problemáticas que inciden sobre su desarrollo. Al evocar a Plottier y a sus pioneros surge de inmediato un perfil referente a la hora de elaborar una planificación estratégica.

Profesor Augusto Hugo Milán.