Los chicos neuquinos siguen esperando recuperar una de las formas de esparcimiento más tradicionales y populares de la historia: la emblemática calesita de la ciudad.
Entre el año pasado y éste se impulsaron dos proyectos de licitación con el fin de poner en funcionamiento la alegórica calesita de Vuelta de Obligado. Aunque cabe aclarar que ahora el lugar elegido es el sector que ocupaba la vieja terminal de ómnibus, sobre la calle Mitre.
Sin embargo, los intentos por recuperarla a través de convocatorias a privados fracasaron en ambas oportunidades.
En la primera ocasión por el desinterés de los concurrentes y en la segunda porque ningún postulante cumplía con los requerimientos que dispuso el municipio.
En este sentido es importante rescatar las palabras del intendente de la ciudad Martín Farizano: "El problema es que no le ven rentabilidad a tener una calesita", atribuyéndole a los intereses económicos de las empresas privadas, la desértica respuesta a la convocatoria de licitación.
La última vez que la calesita funcionó fue en octubre del 2004. Desde entonces existe un gran vacío en la tradicional recreación infantil y no son pocos los que, de distinta manera, plantean la necesidad de llenarlo.
El recuerdo de la niñez, que a muchos adultos evoca a la sensación de creerse jinetes de verdad sobre el lomo de un caballo de madera, dirigiendo la proa de un barco o piloteando una aeroplano, en todos los casos girando a compás de la música y anhelando alcanzar la tan preciada sortija, no formará parte de la memoria de los chicos neuquinos de esta generación, si no se hace algo apresurado.
Los vecinos neuquinos no han quedado sin manifestar su pedido de una calesita. A los planteos que de tanto en tanto se hacían a través de cartas de lectores a los medios escritos y llamados a las radios, se suma ahora la alternativa de Internet.
Muchos son los que comenzaron a movilizarse a través de la red social "Facebook".
Existen dos grupos que se remiten a la necesidad neuquina de poseer una calesita y entre ambos tienen cerca de 300 miembros que adhieren a la idea.
Los grupos tienen nombres por sí solo expresivos. Uno es "¿A quién no le gustaría tener una calesita en Neuquén?" y el otro "¡Que vuelva la calesita a Neuquén!".
Estela Oliveros, la creadora de uno de los grupos, expone en la página de internet: "Al principio creía que yo era una delirante abuela, pero con los días me di cuenta que hay muchas personas que desean la calesita", haciendo referencia a la gran cantidad de neuquinos que, por esta vía, se unieron a la causa.
Actualmente para que los niños de Neuquén puedan dar una vuelta en calesita, sus padres deben llevarlos a Cipolletti o a Plottier. Ciudades en las que los carruseles son un centro de atracción para los más chiquitos, que además de la música y las hermosas imágenes infantiles, tienen como atractivo el bajo precio que cuesta la vuelta.
El proyecto de recuperación de la calesita de la ciudad comprende una oferta de diversión más amplia, que incluye la instalación de una confitería.
"La idea es hacer una especie de ´combo´, para que tanto la confitería como la calesita operen como unidad funcional y sean una propuesta integral para los vecinos que se acerquen a disfrutar del lugar", explicó el subsecretario de Obras Públicas del municipio, Guillermo Monzani, desde cuya área se impulsa la iniciativa. Pero sin duda que la instalación del carrusel infantil tiene un respaldo decisivo en el intendente Farizano.
Ante el fracaso de la invitación a los privados a participar del emprendimiento, el jefe comunal remarcó: "Si esto sigue así, parece que vamos a necesitar concurrir a una contratación directa", para poder montar la calesita que funcionará en pleno Parque Central de Neuquén.
"Nosotros vamos a seguir insistiendo y si no hay caso podemos, incluso, llegar a poner una calesita municipal", agregó el intendente.