Aun antes que Neuquén fuera Neuquén, los abuelos de Olga Nordenström llegaron y comenzaron a trabajar en pos de ese territorio al que habían sido enviados.
Enrique Nordenström llegó al territorio en 1902 y fue uno de los primeros intendentes del Neuquén de aquella época. También se estableció que fue el más antiguo fundador de la capital neuquina, tal como comentó, llena de orgullo, su nieta Olga.
La historia de los Nordenström comenzó en la ciudad de Tandil, donde Enrique se casó con Florencia Ochagavia y tuvieron juntos 14 hijos. Según Olga fue "todo una epopeya".
La llegada a este territorio de Enrique Nordenström se dio después de un viaje por toda la región. Quien sería el presidente del Consejo Municipal entre 1909 y 1911 era un maestro que, antes de instalarse definitivamente en lo que hoy en esta ciudad recorrió diversas localidades de Río Negro y Neuquén hasta llegar a Chapelco, donde se estacionaron un tiempo.
Finalmente llegaron a Neuquén y se presupone que vivieron en la aldea que había en la confluencia, donde residían los recién llegados.
"A donde iba hacía una escuela, la construía él, porque no había presupuesto", también hacía una "casita rancho para habitar". Y se quedaba un tiempo dando clases "de día y de noche", contó Olga.
Una vez instalados en Neuquén Enrique Nordenström fue comisario, trabajó en estadísticas y censos, Juez de Paz, maestro e intendente.
A raíz de los 40 años de trabajo ad honórem, Olga contó que "como paga le entregaron esa tierra que hoy es el barrio Villa Florencia".
Justamente el barrio lleva el nombre de la mujer que acompañó a Nordenström a lo largo del camino de vida.
En aquel lugar el pionero hizo la casa donde nació el menor de sus hijos, Julio Nordenström, a la que le dio el nombre de la abuela de la familia.
La historia de los Nordenström como pioneros de la ciudad no termina en Don Enrique, sino que continua con dos de sus hijos, Enrique (hijo) e Ismael.
Enrique, el primogénito de los 14 hijos Nordenström, a los 14 años fue baqueano de Perito Moreno que "venía a fijar los límites de la Patagonia".
Olga recuerda que entre Moreno y su abuelo había una gran amistad y que cada vez que el primero venía a la región paraba en la casa de su abuelo.
Siguiendo con el relato de la historia de su padre, Olga contó que Enrique (hijo) con 17 años trabajó en el correo. Agregó que era mensajero y que todos los días "cruzaba el río Neuquén para ir a Cipolletti en una balsa".
En una época donde los colectivos no existían, los autos eran unos pocos y el oficio de mensajero no era una cosa fácil.
"El iba todos los días a llevar la correspondencia, iba y volvía caminando", destacó su hija.
En 1928 Enrique (hijo) fue elegido por voto de sus conciudadanos como presidente del Concejo Municipal, cargo que ocupó tan solo un año. En su breve paso por la comuna Olga recuerda que su padre compró un terreno para hacer el edificio municipal, pero que "después vinieron otras administraciones y los usaron para otras cosas. Aquel edificio es en el que hoy se emplaza el Jardín de Infantes 1".
Olga relató que su padre "fue administrador por el espacio de 13 años de Casimiro Gómez", el empresario al que le fueron compradas las tierras para establecer la ciudad de Neuquén. También destaca que fueron ellos quienes fundaron Las Perlas y que, justamente, fue su padre quien bautizó el lugar.
Después de 21 años llegaría otra vez un Nordenström a la intendencia de la capital. El tío de Olga, Ismael, fue intendente desde 1950 al 52.
Durante su gestión se adquirió la parcela en la que hoy ocupa el Palacio Municipal. Por la buena conducta en el desempeño de cargos públicos, en el aniversario 63 de la ciudad se le dio su nombre a la planta baja de la municipalidad.
Olga recordó que durante la intendencia de su tío "se colocó el monumento a San Martín y se corrió el monolito a la plaza" en la que se lo puede ver hoy.
La historia de los Nordenström es una parte importante en la historia de la ciudad. Olga sostiene que sus antepasados "querían a Neuquén como su patria chica".
Y al hablar de los anhelos de ellos dice que querían que "fuera adelantando, mejorando y contribuían -para eso- aunque sin ninguna pretensión de sueldos, ni nada".
Nelly Albert Olascoaga
En silencio y con bajo perfil, aunque la historia neuquina la tiene en sus venas, porque su padre Francis Albert anduvo del brazo con el primer gobernador Manuel José Olascoaga, hilando periodismo por el Chos Malal de fines del siglo XIX, Nelly Albert Olascoaga prefirió la soltería y nació en la casona de Agüero 1254 (demolida). La menor de 6 hermanos, cursó la primaria en la escuela Gregoria Pérez de calle Arenales y la secundaria en la Biblioteca de Mujeres, además de las materias comunes, inglés, francés y alemán. Luego Cruz Roja Argentina, enfermera e instrumentista. Trabajó en una editorial y como traductora y secretaria en renombrado laboratorio.
Secretaria de sala en el Hospital Fernández con el profesor Ricardo Finochietto, dejada cesante por razones políticas en 1955. Jefa de Mesa de Entradas del Tribunal Fiscal de la Nación, también se desempeñó en el Ministerio de Hacienda, donde se la declaró prescindible. Con su hermana Rosa, traductora, fue correctora en la editorial Sopena y "La Nación". Perteneció a la rama femenina del Partido Justicialista, estuvo detenida veinte días. Escribió poesía, recibiendo premios y menciones y a los 93 años, primer premio del Club de Leones, la última mención, a los 95. Leía mucho, preferentemente temas patagónicos. Emprendedora, tenaz, luchadora. "No se le conoció novio, sí muchos pretendientes". Exquisita en el trato, conversadora, estuvo lúcida hasta último momento y nos dejó a los 97, no hace mucho tiempo. Fue gran amiga y colaboradora de la Biblioteca Patagónica de Villa El Chocón. (HPM)
El patriarca
No le faltaron motivos a los historiadores para calificar a don Enrique Nordenström como el "Patriarca de Neuquén".
Como maestro, baqueano acompañando al perito Moreno, subcomisario honorario, secretario del juzgado de Paz primero y juez de paz después, dejó la huella de su compromiso público.
Pero además de sus cargos fue sin duda el quehacer en la vida política e institucional neuquina la que los historiadores rescatan del "Patriarca".
Había nacido en Buenos Aires el 9 de noviembre de 1851. Sus padres, Carlos Nordenström y Damiana Cipriana Sosa, habían llegado de Noruega.
Muy joven, buscando un mejor porvenir Enrique se fue a Tandil, donde se casó con Florencia Ochagavía, con quien tuvieron 14 hijos. Después de desempeñarse como preceptor en una escuela de Coronel Pringles, en Buenos Aires, se trasladó a Río Negro, donde hizo el censo de la Isla Choele Choel.
En 1896 Nordenström se radicó en San Martín de los Andes. En Catan Lil fue subcomisario honorario; en 1901 se instaló en Laguna del Toro, hoy Senillosa; en 1915 fue nombrado juez de paz de Neuquén. Durante más de cuarenta años desempeñó numerosos cargos públicos, en la mayoría de los casos a título honorario. Falleció el 1 de mayo de 1941 y está sepultado en el cementerio Central de la ciudad.
El entonces gobernador, Eduardo Elordi, el 29 de mayo de 1909 nombró los miembros de la comisión municipal y a Enrique Nordenström le asignó el cargo de presidente.
Lo acompañaron los concejales Ramón Zabala, Alejandro Taillafer y David Etchepareborda.
Una de las iniciativas que se tomaron durante la conducción de Nordenström fue la construcción del Matadero Municipal, en la esquina de Richieri y Bahía Blanca. Los registros reflejan que una de las preocupaciones principales de las autoridades fue brindar los servicios públicos más elementales.
Nordenström renunció como jefe comunal el 12 de abril de 1911. Falleció el 1º de mayo de 1941 y está sepultado en el cementerio Central de la ciudad. Fue homenajeado asignándole su nombre a una calle céntrica.
Fuente: "100 años/100 calles", de Elsa E. Bezerra