La elección de la reina de la ciudad es un evento que año tras año ocupa un lugar destacado en el programa de los festejos por el aniversario de Neuquén Capital. La coronación de su reina como sello final de las celebraciones es algo que los neuquinos ya sienten como natural. Sin embargo, como es lógico, no es un suceso que nació junto con la ciudad en aquel septiembre de 1904.
La primera elección de la soberana capitalina se realizó cuando la ciudad cumplió su medio siglo de vida y resultó electa la representante del Club Hípico y Tradicionalista Neuquén, Alicia Nélida Martín.
En aquella época las fiestas cívicas eran espacios de socialización muy importantes. Y el aniversario 50 de la ciudad no lo era menos.
En aquella oportunidad, como sucede hoy, la elección de la reina fue el broche de oro de los festejos del cincuentenario.
La elección se realizó entre cinco muchachas que habían sido elegidas reinas de los distintos clubes que desarrollaban actividades -políticas, sociales, culturales, deportivas- en la ciudad.
El histórico Club Pacífico postulaba para reina de la ciudad a Irma Martínez; el Club Independiente llevaba como postulante a Teresita García; Rosita Pedacci representaba al Club Ferro; María Isori Obreque lo hacía por el Club Barrio Nuevo; y el Club Hípico y Tradicionalista estaba presente a través de Alicia.
Con un acto destinado sólo a la coronación se eligió a Alicia Nélida Martín como reina de la ciudad. Al evento asistieron autoridades del Territorio de Neuquén, de Río Negro, legisladores nacionales, y distintas delegaciones que quisieron estar presentes. La encargada de la coronación fue Magdalena D. de Quarta, esposa de Pedro Luis Quarta, gobernador del territorio en ese entonces.
La sede del acto, como no podía ser de otra forma, fue el mítico Club Atlético Pacífico, en ese entonces presidido por Abraham Gotlip.
Desde su fundación en 1916 y por muchísimos años más el Club Pacífico fue el gran centro deportivo y cultural de Neuquén.
En sus instalaciones no sólo había eventos deportivos de fútbol, basquetbol, atletismo, tiro y bochas sino que también se hacían bailes para los adultos.
No faltaban las tertulias, por supuesto, destinadas para los más jóvenes.
"Irma semejaba el lucero luciente de la tarde, Teresita, la estrella que acompaña a la luna, y Rosita y María, dos gemas celestiales encendidas en una, mientras Alicia Nélida, el mágico sol que arde."
Así expresaba en un poema Miguel V. Sáenz que especialmente escribió para homenajear a las "Reinas Cincuentenario".
"Antes era diferente"
Alicia cuenta que desde muy pequeña había comenzado a bailar folclore en el club Hípico y Tradicionalista y que cuando tenía 17 años la eligieron como reina.
Habiendo sido elegida dentro de la institución a la que concurría, decidieron que fuera ella quien representara al club en la elección de la reina del cincuentenario.
En aquel momento sus aspiraciones a ser reina de la ciudad no era las que hoy motivan a las chicas a presentarse al concurso, que con lógicas expectativas asumen la distinción para, tal vez, desplegar en el futuro una actividad relacionada a la belleza.
"Antes era diferente, era todo sencillo. Nada de que ibas a ser modelo y después podías seguir como modelo. Nada de eso, no se pensaba de esa manera", contó Alicia recordando aquella grata experiencia.
Elegida reina en aquella ciudad de calles de tierra que inauguraba el monumento a San Martín, Alicia recuerda que sintió una gran emoción.
Pero la modestia no le permite reconocer que era la merecedora de la corona capitalina. Sostiene hoy que todo debió haber sido obra de la propaganda que le había hecho el presidente de su club, Ricardo Rosas.
"La del club pacífico era preciosa y había sido elegida muchas veces reina de su club", señaló.
Agregó también que "la representante del club Independiente era igualmente muy bonita".
Al pensar, hoy, en aquellos tiempos "recordás cosas muy lindas de la época", confiesa la primer reina de la ciudad.
Seguramente a las reinas de estos tiempos les sucederá lo mismo en unos cuantos años.
No fue una reina más, sin duda. No sólo se merece el recuerdo por el reinado en sí, sino porque fue una representante de la comunidad de aquella época, que en su cincuentenario se vistió de fiesta para tan grata celebración.
Los recortes de diarios, que atesora Alicia, hacen referencia a su elección, a lo que fue la fiesta y a lo que era la ciudad.
Lucía Barceló, la soberana que dejó el cetro
"Haber sido reina de la ciudad es una experiencia excelente, única. No lo voy a olvidar nunca y estoy segura de que será una de las anécdotas de mi vida que voy a recordar con un cariño muy especial", dijo Lucía Barceló, quien ocupó el puesto de embajadora de la belleza de la ciudad hasta ayer.
Con la emoción de los recuerdos aún muy frescos hizo un balance sobre la cosas vividas. "Cuando cumplí los 17 años, mi mamá me dijo que ya me podía postular para reina de Neuquén, porque cuando era chiquita en mi casa, siempre jugando, me decían que era un reina. Pero en ese momento yo no entendía nada, no tenía idea de cómo era el tema de la elección", comentó.
Sin embargo, aseguró, le pareció divertido embarcarse en esa nueva experiencia que le proponía su mamá. Siempre teniendo en cuenta que no pensaba en ganar el concurso sino a vivir algo distinto que, intuía, podía llegar a ser muy placentero.
"Me anoté apenas dos minutos antes de que cerrara el tiempo de la inscripción, porque llegué tarde. Después hubo una reunión con todas las postulantes y arrancaron dos semanas intensivas de preparación, en las que aprendimos a desfilar, a pararnos y todo lo relacionado con comportamientos de reinas", señaló.
"Lo que nunca voy a olvidar es el día de la elección, fue el mejor día para mí. Todas estábamos muy nerviosas, ninguna sabía quién podía llegar a ganar. Casi me desmayo en el momento previo al anuncio del resultado", indicó.
"Cuando dijeron mi nombre me emocioné muchísimo, la gente me aplaudió y me recibió muy afectuosamente. Me acuerdo que en ese instante me largué a llorar", sostuvo sin ocultar un dejo de nostalgia.
A Lucía le apasionan los animales. Comentó que cuando era chica soñaba con ser veterinaria. Sin embargo, su plan para el año que viene es ingresar en la Facultad de Derecho de la Universidad del Comahue, para algún día convertirse en una abogada.
Si bien tuvo diversas propuestas para ser modelo en distintas agencias de publicidad, por el momento a Lucía no le interesa transitar ese camino profesional.
Prefiere, inicialmente, terminar sus estudios secundarios y luego continuar con la carrera de grado que eligió.
Por supuesto, el otro gran objetivo de vida es formar una familia.
Aunque por ahora aprovecha el tiempo para reunirse con sus amigos en las plazas y los paseos de la ciudad y compartir las actividades propias de los jóvenes.
Embarcada en el momento del balance, destacó particularmente el apoyo que recibió por parte de sus amigas y de las autoridades del colegio.
"La mayoría de los eventos a los que tenía que ir fueron generalmente a la mañana, por lo que tuve que faltar mucho a la escuela. Sin embargo no me hicieron ningún problema, al contrario, permanentemente recibí el respaldo de los directivos y profesores", remarcó.
Recientemente representó a la ciudad en la Fiesta Nacional de la Manzana en la vecina General Roca. Al respecto dijo que le significó haber vivido una muy buena experiencia, a pesar de no haberse quedado con la corona, ya que se trata de una las fiestas clásicas dentro del calendario de los festejos populares del país. "En este caso pasamos todo un fin de semana interactuando con el jurado, ellos vivían con nosotras y observaban todo nuestro comportamiento diario para evaluarnos", comentó.
Durante el año que duró su reinado Lucía participo de todos los eventos municipales, ya sea actos oficiales como conmemorativos y festejos de todo tipo.
Entre esas actividades destacó la acción que llevó a cabo para las festividades de Navidad y Año Nuevo.
"Recibía a la gente en el Municipio y les regalaba pan dulce, como gesto de buenos deseos para las fiestas", recordó.
A punto de dejar el reinado dijo que la sugerencia que tiene pensado transferirle a la futura reina, una vez que reciba el cetro, es que "disfrute plenamente de la experiencia, que dé todo lo que tenga para dar y que aproveche el afecto y el apoyo que se recibe de la gente de Neuquén. Porque es una de las sensaciones que se valoran cuando se tiene el contacto directo con los vecinos".
"Es hermoso sentir el cariño de la gente, todos te tratan con un afecto especial. Es muy emotivo, por ejemplo, cuando los chiquitos te piden que te saques una foto con ellos", destacó.