El primer gobernador neuquino, coronel Manuel José Olascoaga, tuvo de su matrimonio con Delfina Urtubey los hijos Manuel José, Delfina, Julia, Laurentino y Belinda. El primero de los nombrados -con su mismo nombre- nacido en Mendoza el 2 de enero de 1868, anduvo con él desde muy jovencito, incluso participó en la campaña de Roca de 1879 y si bien, posiblemente por sus escasos 11 años, no fue expresamente nombrado en documentación de la época, existe fotografía del cadete Manuel José Olascoaga (h) con uniforme y además certificación de la Dirección General del Personal del Ejército (abril 1930) como poseedor de "un diploma por la Campaña de los Andes 1882-1883".
Luego de la campaña de 1879, la ley 1532 de 1884 creó los territorios nacionales y el coronel Olascoaga fue nombrado gobernador del Neuquén, viajando por mar a Carmen de Patagones y luego de cerca un año después se trasladaron por tierra -personal de la gobernación, elementos y la familia Olascoaga- para instalarse finalmente en Chos Malal, primera capital neuquina. Pero antes, el coronel Olascoaga había sido nombrado para encabezar la Comisión Científica Exploradora de la Región Austral Andina y en ella participó su hijo del mismo nombre como auxiliar de la secretaría, tareas que se iniciaron en noviembre de 1880.
Recuerda un historiador sobre su persona que: "Heredó de su padre la inquietud de su talento múltiple y brillante. Digno alumno de tan insigne maestro a edad temprana incursionó tanto en las ciencias como en las artes, llegando a convertirse en un gran colaborador de él, que ya no lo abandonaría a lo largo de todas sus campañas". Y agregaría: "En el amplio recorrido que se hizo a lo largo de la cordillera, desde el Neuquén hasta el Chubut, tuvo a su cargo el trazado de mapas y planos en colaboración con el resto del personal".
Dicha campaña se ejecutó entre 1881 y 1883 y "en noviembre de 1883 fue nombrado auxiliar dibujante y encargado de las observaciones meteorológicas en la segunda campaña de la Comisión Científica". Sobre esas campañas el coronel Olascoaga en su libro "Topografía Andina-Aguas Perdidas" citaría en parte: "Diré, para afirmar mejor los datos, que estas observaciones climatológicas fueron llevadas completas, durante 15 meses, años 81 y 82, con puntual exactitud y lealtad por el entonces oficial auxiliar de la Comisión Científica en los Andes, don J. Benito de Surra y continuadas después en la misma forma satisfactoria, durante los años 84 a 87 por don Manuel J. Olascoaga (hijo)". Sobre lo mismo otro autor expresaría: "...ya que en Neuquén, entre 1881 y 1887 Olascoaga dispuso el inventario de prolijos registros térmicos que encomendó al auxiliar de la Comisión Científica de los Andes J. Benito Surra y que entre 1884 y 1887 fueron continuados por su propio hijo Manuel José". Esas campañas fueron motivo del diploma mencionado anteriormente.
La vida familiar en Chos Malal la reflejó Manuel José (h) en carta a su hermana Delfina (29/6/892) al decir: "De noche nos reunimos aquí varios y formamos una orquesta de dos guitarras, un violín, a las perdidas un acordeón desvencijado que hay como resto de antiguas opulencias. Los músicos son Luis Dewey, hijo del Sr. Dewey, el médico y el que habla, que hace lo que puede y lo que no puede... tenemos un repertorio de valses, polkas, mazurcas, shottis, habaneras, marchas, etc. y cuando queremos atronar más, hacemos que uno de los concurrentes tome cucharas y al son de castañuelas nos acompañen, entonces... ¡Chos Malal se viene al suelo!". El coronel Olascoaga también presidió la Comisión de Límites con Bolivia por 1894 y en ella Manuel José, hijo, intervino "en calidad de dibujante y en 1896 también como secretario, en la primera partida de relevamiento topográfico del río Bermejo". Estuvo con los fundadores de Comodoro Rivadavia (1901) y campos y hacienda en Colonia Sarmiento.
Vivió soltero y sin descendencia y una familiar (Nelly Albert Olascoaga) fallecida en Buenos Aires hace poco tiempo con más de noventa años nos aportó valiosa información escrita, ya que Manuel José (h) vivió en su casa mucho tiempo. Fue socio del Tiro Federal Argentino, obteniendo distinciones y medallas en los torneos. Aficionado a la caza, a la pesca y al dibujo y la pintura. Tenía habilidad para todo lo que fuera manual, como construcciones en madera, desde una mesa o silla hasta estanterías para libros. Muy formal en el vestir: clásico traje con chaleco, corbata y según correspondiera, con alfiler y gemelos. Sombrero Orión en invierno, Panamá en verano, nunca rancho. Gustador de comidas criollas, locro con trigo, carbonada, humita, huevo, pasas y aceitunas, curadas por Delfina, procedentes de Mendoza. Asado y achuras. Vino tinto extraído del barrilito con canilla, transportado desde la tierra del sol y el buen vino. En invierno una grapa. Mate dulce, infaltable. Fumador moderado de cigarrillos, a veces pipa; cigarros solamente armados por él con papel especial y tabaco rubio envasado en lata importada. Era católico, devoto de la virgen del Carmen.
Viviendo algún tiempo en Mendoza enfermó y viajó a Buenos Aires, donde falleció el 1 de julio 1939. Los diarios porteños "La Nación", "La Prensa" y "El Mundo"y "Los Andes" de Mendoza le dedicaron destacadas y elogiosas notas necrológicas.
Bibliografía y fuentes: Olascoaga, MJ. "Estudio", 1930 y "Topografía Andina", 1935. Bustos Dávila, N. "Labor científica", ANH, 1977. Álvarez, G. "Historia", t. 5, 1988. Melli, OR. "El coronel", 2001. Albert Olascoaga, N. "Testimonios verbales y escritos", 2005. Pérez Morando, H. "Sobre dos hijos", 2008. Diarios "La Prensa", "La Nación". "El Mundo" y "Los Andes", julio 1939. Archivo diario "Río Negro" (GR). Biblioteca Patagónica (VECh) y otros.
Nelly Albert Olascoaga
En silencio y con bajo perfil, aunque la historia neuquina la tiene en sus venas, porque su padre Francis Albert anduvo del brazo con el primer gobernador Manuel José Olascoaga, hilando periodismo por el Chos Malal de fines del siglo XIX, Nelly Albert Olascoaga prefirió la soltería y nació en la casona de Agüero 1254 (demolida). La menor de 6 hermanos, cursó la primaria en la escuela Gregoria Pérez de calle Arenales y la secundaria en la Biblioteca de Mujeres, además de las materias comunes, inglés, francés y alemán. Luego Cruz Roja Argentina, enfermera e instrumentista. Trabajó en una editorial y como traductora y secretaria en renombrado laboratorio.
Secretaria de sala en el Hospital Fernández con el profesor Ricardo Finochietto, dejada cesante por razones políticas en 1955. Jefa de Mesa de Entradas del Tribunal Fiscal de la Nación, también se desempeñó en el Ministerio de Hacienda, donde se la declaró prescindible. Con su hermana Rosa, traductora, fue correctora en la editorial Sopena y "La Nación". Perteneció a la rama femenina del Partido Justicialista, estuvo detenida veinte días. Escribió poesía, recibiendo premios y menciones y a los 93 años, primer premio del Club de Leones, la última mención, a los 95. Leía mucho, preferentemente temas patagónicos. Emprendedora, tenaz, luchadora. "No se le conoció novio, sí muchos pretendientes". Exquisita en el trato, conversadora, estuvo lúcida hasta último momento y nos dejó a los 97, no hace mucho tiempo. Fue gran amiga y colaboradora de la Biblioteca Patagónica de Villa El Chocón. (HPM)
HÉCTOR PÉREZ MORANDO
(*) Periodista. Investigador de historia patagónica