Los controles del municipio apuntan por el momento a supervisar la actividad. Sólo eso es más que lo que ocurrió en la última década, como lo afirmó un funcionario en la anterior gestión (ver nota principal), cuando los inspectores ni siquiera podían ingresar al predio.
Con un registro de todos los puestos, en forma paulatina se irá sumando a los estables a un monotributo social, al tiempo que en conjunto con la policía se controla el tránsito y se busca garantizar la seguridad.
En 2008, el Ministerio de Desarrollo Social de la Nación firmó un acta-acuerdo con el municipio capitalino para financiar la entrega de materiales por 1.100.000 pesos para el mejoramiento de las dos ferias más importantes de la ciudad.
Gacebos, mesones y baños químicos eran la prioridad "para mejorar la aceptación popular" y unificar la apariencia del espacio, según se informó en aquel entonces.
Por el momento, el primer paso fue a principios de año mudar la feria.
Desde su nacimiento había ocupado el espacio lindero a los trenes, sobre Avenida Argentina. Ya sobre Independencia y con espacios delimitados y fijos, es más simple controlar y llevar controles.
A pesar del convenio, los toldos y mesas son todavía precarios y muchos venden con frazadas debajo de sus productos, en el piso.