Gran parte de los barrios del este neuquino se asentaron en la zona durante la década del 30 y del 40. En este período comenzaron a conformarse como barrios muchos sectores que correspondían a tierras productivas habitadas por los chacareros que forjaron el perfil de la ciudad en los inicios del siglo XX.
Gran parte de las tierras del sector este eran costas poco exploradas e inhabitables en aquellos tiempos. Y fue gracias al esfuerzo de sus primeros habitantes que hoy residen en esta zona un importante número de neuquinos que, a lo largo del tiempo, han trabajado para consolidar algunos de los barrios más característicos de la ciudad.
Entre los sectores más antiguos del este capitalino se encuentra Confluencia Urbana, un barrio que ya tiene 84 años. La zona era un sector de chacras y las primeras familias se dedicaban a la venta de leche en carros. La mayoría de las casas se levantaron por esfuerzo propio a excepción del sector sur en la que se construyó un plan de viviendas.
En la calle El Manzano, frente a la capilla de la virgen del Carmen, todavía está la casa de adobe de los Alarcón, una de las familias pioneras de la zona. Hoy este barrio tiene cerca de 30.000 habitantes y a diferencia de sus orígenes cuenta con una nutrida gama de instituciones y dependencias estatales.
Confluencia Rural tiene formalmente 35 años pero sus primeros habitantes llegaron al lugar muchos años atrás para dedicarse a la producción rural en las chacras que había a principio del siglo pasado, y que hoy, más de un siglo después buena parte de ellos sigue desde las chacras los pasos de sus abuelos.
Quienes apostaron a vivir en las costas del río Neuquén fueron los vecinos del barrio Sapere. Hace cerca de 75 el barrio comenzó como un asentamiento, pero poco tiempo después se construyó un plan de viviendas y la zona fue tomando forma de barrio con la construcción de los colegios, una capilla y otros planes de viviendas como Alborada que se inauguró en 1982. Hoy Sapere tiene una población aproximada de 5.000 habitantes y ya no quedan terrenos disponibles para construir.
En la misma época surgió el barrio Manuel Belgrano que con 74 años de historia cuenta con más de 18.000 habitantes. El barrio se divide en tres sectores Belgrano I, II y III.
En 1944 los trabajadores de la Unidad Penitenciaria 9, en su mayoría guardia cárceles comenzaron a construir sus casas alrededor de su lugar de trabajo. Así fue que se formó Villa Farrel, un barrio que se consolidó con el esfuerzo de sus propios vecinos. El sector, que hoy es habitado por 8.000 neuquinos, lleva el nombre del entonces presidente de facto de la Nación Edelmiro Farrel, quien visitó la ciudad en 1945 para inaugurar uno de los puentes que los vecinos utilizan para cruzar el canal.
Quienes también decidieron construir por esfuerzo propio sus casas fueron los vecinos del barrio Mariano Moreno, que se formó en la década del 50. Inicialmente el sector se llamaba Villa Eidis en referencia a la familia que era la dueña de las tierras en las que se asentó el barrio. Hoy Mariano Moreno tiene 5.000 habitantes, una sala de primeros auxilios, una guardería municipal, escuelas y una biblioteca.
Entre los barrios que conforman la zona este cabe destacar a los más jóvenes: Provincias Unidas y Rincón de Emilio. El barrio Provincias Unidas tiene cerca de 34 años, comenzó a formarse allá por 1975 cuando se entregaron las primeras casas que correspondían a un plan provincial. Por la cercanía al puente que une la ciudad a Cipolletti en un principio se lo llamaba "sector de la costa". Sus primeros pobladores se instalaron en la calle Islas Malvinas, una de las principales del barrio, que en esa época sólo tenían agua y luz en algunas manzanas. El asfalto recién comenzó a llegar en 1979, obra que este año se extendió a buena parte de las calles del barrio.
Rincón de Emilio nació el 29 de julio de 1988 a través de un plan de viviendas que se hizo junto a dos cooperativas que montaron las primeras 100 viviendas. El nombre de este pujante sector fue escogido en honor a un antiguo poblador que criaba chivas en una de las zonas que hoy forma parte del barrio.
Muy cerca de esas viviendas se construyó luego otro plan con 68 casas que pertenecían a empleados bancarios. Un tiempo después se comenzó a lotear los espacios aledaños a estos planes de viviendas y fue de la mano de los inversores privados que el barrio tiene en la actualidad 480 casas y 2.000 habitantes.
La apariencia de Confluencia Rural está cambiando de la mano de los loteos que ven en sus añosos árboles un espacio ideal para la construcción de apacibles barrios privados.
Actualmente hay una decena de emprendimientos privados, a los que se suman dos o tres cooperativas que buscan construir barrios cerrados o semicerrados en este sector de la ciudad, en donde se calcula que de momento viven unas mil personas.
El anhelo de Villa Farrel
La escuela primaria 118, la única del barrio, perdió en febrero de este año su salón de usos múltiples de la mano de un incendio. Su destrucción no sólo marcó el desvanecimiento de una obra que fue fruto de 20 años de trabajo de los vecinos, sino que representó un nuevo desafío: su reconstrucción. Un desafío en el que la pujanza de los vecinos se espera sea acompañada con el presupuesto de la cartera educativa.
Jóvenes Valientes
En Provincias Unidas, el grupo de jóvenes "Newen Wece", que en mapuche significa jóvenes valientes, se formó para poner manos a la obra, hacer limpiezas barriales, colocar canastos de basura y cuidar el medio ambiente. Además estos chicos juntan ropa, calzado y libros para distribuirlos en el interior de Neuquén, en donde además trabajan acompañando a abuelos. Junto a los más grandes los Newen Wece organizan talleres, actividades deportivas y de pintura para todos los abuelos del sector.