Diana Otero abre las puertas del Centro Cultural ubicado en Tucumán y Alderete de la ciudad. El lugar en un principio era la casa de la familia Otero y todo comenzó en el living, donde se reunían amigos y amantes del arte.

El proyecto microempresarial surgió hace doce años, según recuerda Diana cuando "hacíamos guitarreadas, empanadas y disfrutábamos de la música". Con el correr del tiempo surgió la idea de hacer de la casa un verdadero centro cultural para reunir al arte neuquino. "De a poco fuimos reformando el living porque en los comienzos entrábamos apenas unas 40 personas", explica.

Hoy Arpillera tiene capacidad para noventa asistentes. La ampliación se logró gracias a un crédito que les otorgó la dirección de Desarrollo Local municipal, y que les permitió adquirir el equipamiento y reformar el living para transformarlo en un confortable lugar que en la actualidad es visitado por muchos neuquinos.

Hace dos años que en la esquina de Tucumán y Alderete se puede disfrutar de exposiciones culturales, música, tragos y hasta comidas típicas. "La tendencia es para gente grande, aunque recibimos a todos los neuquinos", relata.

La flaca Diana, como ella se define, se considera una autodidacta. Y así es. El proyecto Arpillera nace del corazón de una neuquina que no tiene demasiada experiencia y es por eso que está a la espera de los artistas neuquinos que puedan aportar buenas propuestas para que el proyecto cultural pueda concretarse y salga adelante.

El centro cultural Arpillera surge de la necesidad que tienen los adultos de disfrutar de un punto de encuentro, pero el proyecto aún está a la espera de que sea declarado de interés cultural, para así poder conseguir el aval necesario para oficializar los talleres que allí se dictan.

Hasta el momento en Arpillera se puede asistir a cursos literarios, de música, canto y de telar. Además hay ciclos de cine y exposiciones de pinturas y esculturas. Los fines de semana se organizan espectáculos musicales, y los más jóvenes pueden disfrutar de los títeres y espectáculos de magia por las tardes.

La flaca agradece profundamente al municipio y a las áreas de Comercio y Cultura porque afirma que "si no hubiera sido por ellos se me habría hecho muy difícil sostener este proyecto".

Ambientado con lámparas y manteles de arpillera, con cuadros y hermosas pinturas en las puertas, Diana considera que el centro cultural ha progresado, aunque es muy difícil sostener un proyecto en estos tiempos. "La gente se siente muy cómoda, viene al lugar y se hace de amistades. Arpillera ha marcado una tendencia".