El Observatorio Astronómico de Neuquén no sólo tiene el orgullo de ser la sede de observación espacial más austral del mundo sino que además ha demostrado poder resistir a los duros embates de quienes intentaron reasignar las tierras donde se emplaza.
Tras la pelea por mantenerse en el tradicional predio que desde 1990 ocupa en Parque Norte, el observatorio de la ciudad redobló este año la apuesta e incorporó un nuevo simulador de gravedad cero.
Desde el punto más alto de la ciudad y con el privilegio de estar rodeado del arbolado de Parque Norte el observatorio invita tanto a vecinos de la ciudad como a turistas del resto del país e incluso extranjeros. Es que desde su ubicación puede apreciarse con claridad el espacio abierto gracias a la baja contaminación lumínica de esa parte de la ciudad y al espléndido cielo patagónico.
El artífice de este espacio es Roberto Figueroa, un amante de la astronomía y la astronáutica que en los 17 años de funcionamiento del centro ha logrado contagiar a decenas de valletanos. El centro es visitado a diario por
centenares de personas y desde hace varios años cuenta con un afluente incesante de contingentes esco
lares que el año pasado alcanzaron los 21.000 niños.
El año pasado la incertidumbre se apoderó del observatorio ya que desde la comuna se comenzó a analizar la posibilidad de entregar las tierras donde se emplaza el centro a otra organización. Es que el observatorio se emplaza en un predio municipal que forma parte del Parque Norte de la ciudad, al cual accedió por medio de una concesión.
"Estamos confiados de que no nos van a quitar este predio porque brindamos un servicio para toda la comunidad y hemos cumplido con los requisitos de mejoras que se nos solicitaron", aseguró Figueroa. Los inconvenientes para este centro, que se sustenta con los cinco pesos del
valor de la entrada, no acabaron allí. En enero de este año un grupo de ladrones sustrajo lentes especiales y ocasionó numerosos daños en la sede. "Desde entonces no tenemos ningún elemento de valor dentro del edificio y con esfuerzo hemos vuelto a comprar las lentes", explicó.
Pese a la adversidad, Figueroa redobló la apuesta y recientemente puso en marcha un nuevo simulador de gravedad cero formado por aros de más de tres metros de altura. Este nuevo equipamiento está destinado a chicos y grandes que deseen experimentar la sensación de estar en el espacio y quienes individualmente deben subir al simulador que al girar emula la falta de gravedad.
Junto a esta nueva atracción que promete incrementar la cantidad de visitantes que llegan al centro, el observatorio astronómico continuará fascinando a grandes y chicos con los infinitos misterios del espacios, revelados a través de las grandes lentes que día y noche miran hacia el cielo.