Tropezar una y otra vez con la burocracia institucional puede llevar mañanas enteras de filas para entregar, vaya uno a saber, qué nuevo documento.
La gente llega a la Defensoría del Pueblo de la Ciudad de Neuquén confundida, sin saber si ya estuvo ahí, si es la misma que la del Consumidor o si se trata de la del Niño y el Adolescente.
Pocos conocen que el radio de acción está circunscrito por la Carta Orgánica Municipal, pero como murmuró uno de los empleados, llegan allí porque están hartos de no ser escuchados.
El defensor del pueblo neuquino, Juan José Dutto, calificó como "flexible y plástico" a su equipo debido a la diversidad de pedidos que se atienden.
Los teman van desde la tramitación de quejas particu
lares, hasta el acompañamiento en las denuncias que enarbolan sectores por el funcionamiento deficitario de los servicios públicos, o la violación de derechos, entre tantos otros. Es por ello que indicó que es vital "ganar la confianza de las organizaciones intermedias".
La mediación comunitaria, que implica la resolución de disputas entre vecinos, registra según la Defensoría, cerca de 200 casos anuales y más del 80% resueltos.
"Se atienden cuestiones que no nos competen directamente, como reclamos a la Anses y al PAMI", destacó Dutto. La intervención en conflictos que atraviesan la estructura social, como la crisis en el sistema de salud provincial, se torna inevitable frente a sus dramáticas consecuencias.
"Nos falta contar con la legitimidad procesal", reclamó Dutto. Esto se traduce en la "capacidad de representar cuestiones colectivas, nunca individuales, y representar a la gente cuando haya problemas municipales", agregó el ombusdman neuquino.
Después de dos años de conducir el organismo, la evaluación que realiza Dutto implica también una mirada hacia dentro. "Hemos hecho convenios con otros organismos para dictar cursos sobre mediación, además de las capacitaciones externas de nuestros empleados", explicó y recordó que en el organismo se desempeñan 25 empleados.
El "banco de horas" es una de las propuestas, que se esboza aún en borradores, y que se pondría en marcha antes de fin de año. A la manera de un voluntariado, este "banco" consiste en que los vecinos que participen del proyecto ofrezcan una determinada cantidad de tiempo a una entidad (en este caso la Defensoría) que administrará y dirigirá ese tiempo hacia causas sociales. No habiendo ningún requisito de edad ni de escolarización, sólo actitud de servicio.
Por último, Juan Jose Dutto señala: "La clave es que hay que trabajar con la comunidad. Esa es la impronta de nuestra gestión".
A la Defensoría del Pueblo llega un amplio abanico de temas. "Mi equipo debe ser flexible", señala Dutto.
