No es una novedad que el crecimiento de la capital neuquina demanda la paulatina incorporación de nuevas tierras al ejido urbano. Lo que si es muy novedoso es que actualmente se observa que este crecimiento repercutirá inmediatamente en el incremento del valor estratégico de los terrenos ubicados en la zona norte, en el sector conocido como "la meseta".

Los planes oficiales de edificación a mediano plazo ya prevén la urbanización de esa zona de la ciudad, donde actualmente sólo se puede apreciar un paisaje desértico.

Sin embargo, el principal escollo que existe en este momento para pensar en incorporar estas tierras al casco urbano es la provisión de servicios básicos como luz, agua y, en menor medida, gas.

Pero la idea de extender la ciudad hacia el norte cuenta con el respaldo de la construcción del tercer puente sobre el río Neuquén y la autovía que la Provincia proyecta realizar en la zona de bardas.

El subsecretario de Vivienda y Tierras Fiscales de la comuna, Carlos Di Camillo, informó que se ha iniciado un estudio de impacto ambiental y pluvioaluvional en la zona norte de la ciudad, con el objetivo de implementar allí los futuros loteos y planes de vivienda que se planean.

"La adecuación de las tie

rras ubicadas sobre la meseta permitirá, a largo plazo, que la comuna disponga de una reserva de nuevos terrenos que hoy no cumplen ninguna función", aseguró Di Camillo.

Por su parte, el presidente del Concejo Deliberante, Martín Farizano, coincidió en que "la meseta es una región de la ciudad llamada a alcanzar un mayor protagonismo", pero agregó que no sólo como zona residencial sino también como una nueva área que pueda ser dedicada a la producción.

"Tenemos que tratar de transformar la meseta en un área productiva. Creo que ese será uno de los objetivos para la próxima gestión municipal", sostuvo con energía el actual titular del Deliberante.