En materia de espectáculos la ciudad es ya una plaza más que atractiva, tanto para los productores como para los artistas. Desde hace años vienen desembarcando en la ciudad shows de gran jerarquía, pero este año la movida se caracterizó principalmente por la cantidad de artistas internacionales que sumaron a la capital neuquina en sus giras nacionales.

Y hubo para todos los gustos. Desde el pop latino del carilindo Ricky hasta la voz aterciopelada del catalán más famoso. El año comenzó con la tan esperada visita del "Nano" Serrat, que le cantó al oído a más de cinco mil personas y Neuquén tembló de emoción. Después se armó la fiesta con "Livin la vida loca",

que ante más de diez mil personas cantó el ex Menudo, Ricky Martín, en un escenario armado especialmente para la ocasión. Para este show llegó gente de localidades del inte

rior de la provincia, incluso del sur de Buenos Aires y La Pampa. Hubo delirio, fanatismo al límite, pero la cosa recién empezaba.

Un mes después, en abril, el Ruca Che recibió en sus entrañas a Luis Eduardo Aute, que luego de 40 años de carrera sigue cantando como la primera vez. Las melodías tranquilas y la poesía del español dieron paso luego al rock mexicano de Maná. Esta banda hizo explotar al "gigante del oeste"; alrededor de seis personas fueron partícipes de esa fiesta.

Fueron grandes shows, pero nada termina allí. Productores locales y nacionales continúan trabajando para "cerrar trato" con otros grandes artistas que completarán la oferta de espectáculos internacionales para la ciudad de Neuquén. Sin duda, la cuidad es un buen anfitrión; está preparada para los grandes shows, aunque su camino recién comienza y hay algunas cuestiones a perfeccionar en el futuro.