Desde hace 73 años, la cooperativa Calf es la responsable de la distribución de la energía eléctrica en la ciudad. Su historia está íntimamente ligada al crecimiento de la capital neuquina. Hoy, Calf tiene a su cargo la distribución de energía eléctrica a más de 67 mil hogares de la ciudad y a alrededor de 100 mil usuarios de las localidades de Plottier y Senillosa. Además, la cooperativa ha incorporado paulatinamente nuevos servicios, como los de enfermería, sepelios y telefonía fija. A fines del 2005 Calf debió afrontar una profunda crisis financiera e institucional, que derivó en un proceso de regularización y reordenamiento del suministro eléctrico, el principal servicio que presta. Según el presidente de la cooperativa, Marcos Silva, el déficit existente al asumir la nueva conducción era de 25 millones de pesos. Esta suma correspondía en gran parte a deudas contraídas 10 años atrás, que comenzaron a cobrarse este año gracias a la renegociación con los distintos acreedores. "Hoy hay tranquilidad institucional porque se pudo normalizar el funcionamiento de la cooperativa", aseguró Silva. El titular de Calf mencionó, a modo de ejemplo, que en los últimos meses bajó notablemente la tasa de ausentismo del personal. Sin embargo, según Silva, la institución aún se encuentra en un estado de "extrema vulnerabilidad" económica y financiera, que sólo quedará saldado cuando se haya terminado de definir la regularización del servicio eléctrico. Pese a ello, en el último año, la cooperativa renovó sus vehículos, adquirió una nueva ambulancia y una grúa, y lanzó un curso de computación para los asociados. Además, en breve, se preve construir dos nuevas salas velatorias y se está preparando el relanzamiento de la histórica revista institucional de Calf. Respecto de la reedición de la revista, el titular de la cooperativa recalcó que "por ahora eso sigue siendo un proyecto, porque tiene un costo que por el momento no estamos en condiciones de afrontar, pero es un objetivo que tenemos". A partir de la reciente reforma de la Constitución Provincial, en enero de este año, se extendió la concesión del servicio eléctrico a Calf por 10 años más. Ese logro fue aplaudido por la actual administración de la cooperativa, porque significó un fuerte respaldo para la estabilidad de la institución. Desde entonces, los concejales neuquinos comenzaron a trabajar en la redacción del contrato de concesión que regulará el servicio eléctrico en la capital de la provincia. Además, a mediados de este año, los ediles aprobaron un reajuste tarifario, en función del incremento de los costos operativos de Calf. Actualmente, la ordenanza que fijará el nuevo contrato de concesión entró en una etapa definitoria. Entre otros puntos, la normativa permitirá determinar los deberes y derechos de Calf, en su calidad de prestataria del servicio eléctrico; y del municipio, en su carácter de poder concedente. La nueva ordenanza también determinará un reglamento del suministro, normas de calidad y un nuevo cuadro tarifario. Silva aclaró que, como consecuencia de la Reforma Constitucional, también habrá una nueva ley provincial que definirá el marco regulatorio para la concesión de los servicios públicos, "al que luego podrán o no adherir los municipios". BIEN DE TODOS Con 73 años cumplidos, la cooperativa a cargo de la energía eléctrica creció con la ciudad. De todos modos, su titular advierte que se está en un "estado de extrema vulnerabilidad económica". VULNERABLE El presidente de CALF afirma que la empresa está en extrema fragilidad. UN NUEVO CUADRO TARIFARIO A partir de la aprobación del nuevo contrato de concesión del servicio eléctrico habrá también una readecuación de la tarifa. Entre otras cosas ese reajuste permitirá financiar las inversiones necesarias para que el suministro de energía acompañe el crecimiento de la ciudad. Para el futuro contrato de concesión, la cooperativa Calf propuso que el cuadro tarifario inicial contemple la ejecución de obras por 9 millones de pesos al año. Con esos fondos se harán mejoras en la red de iluminación pública, se extenderá el servicio a nuevas áreas de la ciudad y se adquirirán más equipos. Marcos Silva, presidente de Calf, explicó que el contrato de concesión es "una copia casi textual de la ley 24.065, adaptado a Neuquén". En ese sentido, el titular de la cooperativa indicó que "lo que nosotros estamos planteando a los concejales es que cualquier contrato de concesión tiene una tarifa inicial; y que, dentro de esa tarifa, deben estar contemplados tanto el costo de la energía para Calf, como los gastos de transporte, costos laborales e inversiones". Silva recalcó que las inversiones previstas en el contrato de concesión deben incluir tanto las obras que se realizan cotidianamente para la provisión de la energía como los trabajos necesarios para atender la demanda futura, sin que colapse el servicio. La propuesta de un plan de inversiones a largo plazo de casi 9 millones de pesos por año surgió de un acuerdo entre los directivos de la cooperativa y representantes del Ejecutivo municipal. El presidente de Calf aclaró que en esa suma se toman en cuenta las obras necesarias para dar respuesta a la demanda de energía de los "40 edificios, 5 barrios privados y varias dependencias públicas que están en construcción". Silva indicó además que las inversiones contemplan el crecimiento inmobiliario a mediano plazo como consecuencia de los créditos hipotecarios y planes de viviendas implementados por los gobiernos provincial y municipal. Además, el titular de Calf anticipó que se está elaborando junto con la comuna un "plan rector global" de inversiones en iluminación pública, en base a las solicitudes presentadas por los propios usuarios. Para el nuevo cuadro de facturación desde la cooperativa se propuso también la creación de una "tarifa social", destinada a los usuarios de bajos recursos. Silva explicó que esta propuesta consiste en un sistema de prestación en el que una parte del servicio es abonada por el usuario y el resto de la energía es subsidiada por la municipalidad y por los demás socios. El titular de Calf estimó que existen cerca de 63 tomas en toda la ciudad y señaló que "esa es energía que Calf pierde porque no puede cobrar". Según cálculos realizados por los técnicos de la cooperativa, la pérdida económica por las conexiones ilegales a la red eléctrica es de aproximadamente 3,5 millones de pesos al año. |