| En un par de años la ciudad de Neuquén habrá sumado un nuevo acceso que aliviará de manera notable el tránsito entre el Alto y el Bajo: la autopista norte. El emprendimiento tiene asegurado el financiamiento y la decisión política está tomada, por lo que todo indica que ese ambicioso emprendimiento vial será en breve una realidad. La idea de construir una segunda vinculación vial por el norte de la ciudad no cierra si la Nación no termina el tercer puente sobre el río Neuquén y sus accesos. La estructura entre ambas orillas ya está terminada pero las inversiones millonarias que se precisan para unirlo a rutas de las dos provincias todavía no aparecen. De hecho, hace más de un año que la empresa concesionaria de la vinculación entre Neuquén y Cipolletti, Caminos del Valle, renegoció su contrato con el gobierno nacional y podría decirse que desde entonces fue poco en lo que se avanzó. La empresa privada ya terminó el tercer puente propiamente dicho pero por ahora es una estructura que cruza de una chacra en Cipolletti a otra en Neuquén porque Nación debe licitar y financiar la construcción de los accesos. El gobierno provincial neuquino intentó de mil maneras que la concesión de Caminos del Valle cayera pero no lo logró. Su idea es levantar un cuarto puente, paralelo al tercero, para alimentar un tránsito más fluido por el norte de la capital. El intendente de Cipolletti, Alberto Weretilneck, dijo una y otra vez que su gobierno no está dispuesto a propiciar una pérdida mayor de tierras productivas y cerró cualquier posibilidad de negociación con la administración de Jorge Sobisch. Lo que Caminos del Valle y la Nación negociaron fue un replanteo de las inversiones previstas en el contrato original debido al impacto de la devaluación y los efectos inflacionarios sobre ese acuerdo. Lo que no se modificó fue el plazo de la concesión ni el precio del peaje. En agosto del 2005 la Unidad de Renegociación y Análisis de los Contratos de Servicios Públicos (Uniren) llegó a un entendimiento con la empresa y se elevaron los expedientes al Poder Ejecutivo y, más tarde, al Congreso, de donde salió sancionado de hecho en abril de este año. Durante estos más de cinco meses, el acuerdo Caminos del Valle-Uniren estuvo en el despacho del presidente Néstor Kirchner para su aprobación final, previo paso por un par de ministerios. Para completar la nueva vinculación entre ambas ciudades no es poco lo que falta por más que parezca una picardía que esa mole de cemento y hierro que ya está levantada no pueda usarse. Los accesos desde ambas jurisdicciones y las respectivas rotondas suponen enormes inversiones porque además de los materiales y la mano de obra, es preciso expropiar una decena de chacras en producción de ambos lados del río. Las últimas noticias que se tuvieron sobre el avance de los trabajos del tercer puente y su vinculación con la autopista norte que sueñan en el gobierno provincial, indican que Caminos del Valle aceptó analizar la conveniencia de que la vinculación entre los accesos al tercer puente y la ruta provincial 7, en el Cañadón de las Cabras, sea elevada y no una simple rotonda. Desde ese punto partirá una ruta que llegará -según el esquema original de la concesión, de hace diez años- hasta un sitio en medio de la meseta. Está en debate, pero la idea es que desde allí parta la autopista norte de Neuquén, que llegará hasta Plottier, descomprimiendo el tránsito en la ruta 22. Para financiar la nueva autovía el gobierno se aseguró parte del dinero de la colocación de bonos de deuda provincial, garantizados con regalías de petróleo. Por ahora, la administración neuquina no mostró ningún plano de la obra. Aseguran que será realidad porque la decisión política de concretarla ya está, al igual que su financiamiento. EL DRAMA DE LAS GRANDES URBES El tránsito preocupa al gobierno que busca soluciones en el norte de la ciudad. Recurren a parte del dinero de la colocación de bonos de la deuda provincial, garantizados por el petróleo. | 
