Don Humberto el carpintero debió viajar a Neuquén con su camioncito Ford 350 por cuestiones de trabajo. Como regresaba vacío se le ocurrió comprar chivos y venderlos en La Angostura con una buena ganancia, pues faltaba poco para la fiesta de Navidad y Año Nuevo. Así, tomó hacia la cordillera y encontró la estepa, dirigiéndose al puesto de un criancero. Llegó y se presentó y, como es costumbre en el campo, el hombre lo hizo pasar. Tomaron mate y charlaron de temas genera-les para luego hablar del negocio. Para terminar de impresionar al otro y ya cerrar el trato Humberto señaló:
-Vea mi amigo que le voy a pagar en dólares, ¿eh?
-Mmm? -contestó el paisano- entonce´ va a tener que golver después las cuatro ´e la tarde, q´ es cuando pasan la cotización por la radio ´e Zapala?