En un radio de 50 kilómetros, Junín de los Andes comprende acaso los mejores escenarios para la pesca deportiva del país, razón por la que ostenta con orgullo el título de Capital Nacional de la Trucha.
Cada espejo de agua, arroyo o río es propicio para despuntar el vicio, y quién dice, en una de esas volver a casa con un majestuoso ejemplar.
Para la mosca (fly casting), la boca del río Chimehuín es reconocido como uno de los principales puntos del mundo.
Las frías aguas del lago Huechulafquen descienden por ese curso hacia el Atlántico, bañando la margen sur de la ciudad. En ese enorme espejo de agua, el más grande del Parque Nacional Lanín, también se pesca embarcado (trolling) o con cucharita desde la costa (spinning).
A estos sitios se suman los ríos Quilquihue, Collón Cura y Aluminé, además de los lagos Lolog, Curruhué y Tromen.
Es la excelencia de las capturas de truchas marrones, fontinnalis o arco iris en un marco paisajístico imponente lo que constituye el principal atractivo para los pesqueros.
La actividad, en tanto deporte, está reglamentada. Para desarrollarse es necesario contar con el correspondiente permiso de pesca y ceñirse a los lineamientos allí establecidos.
En la ciudad existen excelentes guías de pesca, una opción interesante para los que todavía no conocen los recovecos de esta magnífica porción de la Patagonia.
Textos: Iván Gurevich
Fotos: José Cusit