El año pasado, el Congreso de la Nación declaró como Obras del Bicentenario dos construcciones en Neuquén: una es la represa Chihuido y la otra el Vía Christi, lo que suena a homenaje, ya que el paseo en Cerro de la Cruz lleva más de 10 años de comenzado, aunque todavía faltan dos estaciones de las 22 proyectadas.
"En el 2000, luego de la beatificación de Laura Vicuña y el arreglo del templo que pasó a ser su santuario, con un grupo de trabajo compuesto de clérigos, el intendente, pobladores y artistas locales, empezamos a proyectar un Vía Crucis", explica el arquitecto Alejandro Santana, uno de los referentes principales del camino de Jesús representado en Junín de los Andes, con una interpretación que introduce la historia de este pueblo patagónico.
"Como no queríamos repetir el tema del dolor, muy trabajado en las artes plásticas, pensamos en realizar un Vía Lucis, como el que hay en Italia en representación de la resurrección. Pero en la charla, todos entendíamos que más del 80 por ciento del Evangelio son las enseñanzas de Cristo, a pesar de que siempre se hizo hincapié en el dolor. Entonces nos pusimos de acuerdo en generar una obra de arte plástica con escenas de las tres etapas del Evangelio, la vida, la muerte y la resurrección, y le pusimos Vía Christi, haciendo una reflexión desde el aquí y hoy".
"Las estaciones desarrollan pasajes de la vida de Cristo, el transitar de un hombre y también de una comunidad, porque en paralelo desarrollamos un poco la historia del pueblo mapuche y de la Iglesia de la región. Como en el presente, que se mezclan la vida y las culturas con un precepto universal: todos somos hermanos".
"Las obras son de hormigón armado. Primero se modelan en arcilla, se hacen moldes de yeso por partes que luego llevamos al cerro, ahí los encastramos, en el mismo lugar de la estación, y lo llenamos de cemento. Cuando fragua, se pica el yeso y queda la obra dispuesta sobre solados circulares de más de 10 metros de diámetro. Como obra conceptual, este es el primer Vía Christi que se construye en el mundo. Y no es la única particularidad religiosa de Junín de los Andes. Los dos primeros santos argentinos también están aquí".