Desde mediados del siglo pasado, la producción minera ha sido un puntal importante para la economía jacobaccina. Con el paso del tiempo, en especial durante el último lustro, se convirtió en la principal actividad productiva. Ante la crisis que afecta a la ganadería, la explotación de diatomea genera numerosos puestos de trabajo e importantes ingresos a la economía local.
Hoy, seis empresas explotan este tipo de minería no metalífera de tercera categoría. La geografía ha beneficiado a Jacobacci con una las cuencas diatomíferas más grandes y de mayor calidad del país.
Gustavo García, vicepresidente de la Cámara Minera de Río Negro y socio gerente de la empresa local Comirna, destaca el crecimiento de los últimos años detallando que lo que históricamente se explotaba para vender en bruto en el país, hoy se está exportando a países del Mercosur.
"Hoy, estamos abasteciendo a distribuidores de todo el país y exportamos a Brasil, Uruguay, Paraguay y Bolivia, con un producto y una marca que nos identifica como jacobaccinos. Claro que nos tuvimos que ir adecuando a los requerimientos del mercado para poder competir y debemos actualizarnos permanentemente porque el cliente nos lo exige cada vez más".
Las seis moliendas de diatomea tienen en explotación unas veinte hectáreas, en cercanías de Jacobacci. Entre todas producen un promedio de 3.000 toneladas mensuales de este mineral, que representan importantes ingresos mensuales a la economía local. La actividad demanda cerca de 200 puestos de trabajos en forma directa y otros tantos indirectos. Las denominadas "piedritas sanitarias" para mascotas demandan la mayor parte de la diatomea que produce Jacobacci. Aunque también tienen un importante uso en el mercado industrial para productos absorbentes y refinación de aceites, entre otros.
García, quien lleva quince años trabajando en minería, agrega que si bien la actividad depende de sus recursos genuinos, ya no tiene subsidios, ni créditos blandos. El crecimiento parece no tener un techo. "Tenemos la suerte de explotar las cuenca diatomífera más grande del país y de tener diatomeas de muy buena calidad y gran variedad. Hoy, sin desmerecer a las otras, esta minería es la actividad productiva por excelencia en Jacobacci. Con veinte hectáreas de extracción estamos generando casi 200 puestos de trabajo genuinos e inyectando un promedio de 1,5 millones de pesos por mes a la economía local", recalca.
Sólo un espejismo
Las lluvias y nevada que se registraron durante el otoño llenaron de optimismo a lo ganaderos. Parecían anunciar un invierno húmedo para comenzar a dejar atrás la intensa sequía que afecta a la zona desde hace varios años. Sin embargo, en julio todo volvió a la normalidad. Al intenso frío se le agregaron los vientos que se llevaron gran parte de la humedad que había impregnado el suelo. "Fue una alegría que duró muy poco. Hoy la situación es igual o peor que antes. La zona rural se empobrece cada vez más. En los últimos años ha bajado considerablemente el stock de animales y si la situación no cambia, esto va a ser peor", señalan apesadumbrados los campesinos.
Por estos días está iniciándose la esquila, una de las actividades donde los productores pueden hacer un balance del año que se va y del que empieza en el marco de una nueva zafra lanera. La crisis sigue instalada, pero la esperanza es lo último que se pierde. Así no entienden lo productores ovinos que, a pesar de todo, siguen apostando a actividad. Es que todavía guardan una cuota de optimismo para salir adelante y dejar atrás una de las peores crisis de historia que castiga a la ganadería ovina.