El grupo de "mascoteras" entendió que era imprescindible accionar para evitar la procreación de perros no queridos. Y durante mucho tiempo realizaron con sus propios medios las operaciones de esterilización porque no se hacían desde la comuna. Ahora, insisten en que los vecinos tienen que aprovechar que se practican las intervenciones y son gratuitas.
"Cuando vimos que no teníamos respuesta arrancamos nosotras con la colaboración de la gente. Nos pusimos de acuerdo con dos veterinarias y los domingos los dedicamos a llevar perras para operar", recuerdan. Comenzaron esa tarea un 13 de noviembre de 2005 y la siguieron durante el 2006. Dejaron listas de postulantes en las radios, los vecinos se anotaron para operar a sus perras y consiguieron operar alrededor de 800 animales. "Demostramos que se podía, que éramos 4, 5 ó 6 personas que dedicábamos un domingo a eso, sin fondos, sin recursos, sin ser médicas y sin ser personal municipal", indicaron.
A partir de allí, lograron que el municipio habilitara el quirófano y dejaron de hacerlo ellas. Pero ponen el acento en que las campañas de esterilización tienen que ser ininterrumpidas o de lo contrario no sirve. "Tenemos como objetivos no sólo que no hayan animales sueltos, si no que se haga la esterilización quirúrgica para que no haya superpoblación", manifestaron.
Insisten en la prevención, educación y concientización para que pueda haber "salud plena en la localidad". Recalcan la importancia del "rol del Estado" para abordar la problemática. "No habrá personas más interesadas que nosotros en que no haya más perros en la vía pública, cada uno tiene que hacerse cargo de su animal y que estén de las puertas para adentro", subrayaron.
Las integrantes del grupo sostienen que el cuidado y la responsabilidad de tener una mascota no debe circunscribirse sólo al alimento y control de su salud. "Seguimos insistiendo en un registro, para que no sea abierta la compra de perros en aquellas razas llamadas peligrosas", detalla Patricia.