Son siete mujeres que con amor, compromiso y voluntad hacen hasta lo imposible para que los perros no estén en la calle. Intentan concientizar a los vecinos sobre la necesidad de cuidar y operar a las mascotas para frenar la superpoblación canina. Ésta es su historia, que empezó hace diez años y que propone vivir en una comunidad cada día mejor.
Ellas son Eliana Marco, Laura Escudero, Patricia Juárez, Mariela Montesino, Angélica Navarro, Susana Reyes y Vanina Abendaño. En el 2000, Patricia escuchó sobre el cautiverio y la matanza de animales y se unió a un par de vecinos que con el correr del tiempo se fueron separando. Pero más adelante se sumaron otras vecinas y desde el 2004 el grupo es más estable. Son las "mascoteras", como la mayoría de los vecinos las conoce.
"El objetivo que nos pusimos fue el de la educación y concientización para llegar a la esterilización quirúrgica como medio para disminuir la superpoblación de perros", describen. Si evalúan desde el 2004 a hoy, el panorama mejoró. "La gente aprendió mucho. Falta todavía mucha difusión desde el Estado, desde zoonosis, desde los profesionales pero estamos decididas a seguir".
Para ellas existe un "error de concepto" en cuanto a los perros. "Durante 30 años lo que hicieron ambos municipios fue matar. Estás dando un ejemplo y la gente se acostumbró a eso. Vos podías dejar que la perra tenga crías, los dejabas en Zoonosis y te deshacías del problema. Lleva un tiempo que la gente cambie, ahora se tiene que preocupar, llevar el animal a operar y muchas veces no lo va a hacer".
Además, evalúan que muchas veces, a los vecinos "les conviene creer que somos una protectora de animales que albergamos animales y no entienden que simplemente somos vecinas como ellos que un día dijimos basta y, a diferencia de la gente que nos critica, no solamente dijimos que no nos gusta este problema sino que nos sentamos para revertir la situación". A pesar de no ser una "protectora" reciben en sus casas a las mascotas no queridas que encuentran tiradas, que otros vecinos arrojan a su suerte o bien, que están enfermas. Cada una tiene en su casa, entre un promedio de 12 a 15 animales.
"Hay mucho para hacer y lo haremos entre todos, tiene que ser un trabajo en equipo: municipio, vecinos, todos", aclaran. No tienen personería jurídica y a pesar de que se les ofreció un lugar físico como refugio lo rechazaron porque entienden que a la larga no se sustenta por falta de recursos.
"La solución no es llenarse de animales. Lo sabemos por la experiencia de otros lugares. Después no sabés cómo darles de comer o curarlos, porque el municipio no se hará cargo de eso", sostienen.
Mientras luchan contra viento y marea para que cada vecino se haga cargo de su mascota, sostienen que se puede lograr. El modelo en el que se reflejan es el de la ciudad de Almirante Brown, donde tanto el Estado como los vecinos están compenetrados en solucionar la problemática.
Cutral Co era hasta hace un tiempo municipio no eutanásico pero luego la ordenanza se modificó y ahora la reglamentación vigente es reguladora de la tenencia y protección de canes. Según el criterio de las "mascoteras" esto es imposible de aplicar porque habla de "protección pero también de cautiverio y deja abierta la opción a la matanza".