Con mucha vitalidad y algarabía, el grupo del Centro Integral de la Tercera Edad (CITE) se junta todas las semanas para ensayar y aprender un poquito más. Ellos integran la murga "La chispa de los viejos" que se conformó hace casi tres años.
El grupo está integrado por más de 20 personas y coordinado por dos jóvenes que participan de la murga municipal. "Todo empezó porque una de las chicas invitó a su abuela a bailar y la noticia se extendió a otros que también quisieron acercarse", contó un integrante del grupo.
La gente se sintió muy bien en la murga y así fue creciendo. Al principio ensayaban en el CITE, sin vestimenta, solo al compás de la música. Después llegaron las coordinadoras que enseñan algunas técnicas y al tiempo los invitaron a participar de festivales y desfiles.
Hoy la murga ya tiene sus propios instrumentos, la vestimenta y hasta los jóvenes que tocan los redoblantes. "No nos falta nada y las ganas de bailar y pasarla bien siempre sobran", se escucha entre risas mientras se preparan para el desfile aniversario.
Los integrantes de la murga prepararon todas sus ropas para mostrarse al público. "Algunas compraron las telas y las llevaron a la costurera, otros se ayudaron mutuamente y yo decoré mis zapatillas con algunas lentejuelas y me hice un sombrero", dice una murguera.
"La cosa es que nos veamos vistosos y coloridos, total la alegría ya la tenemos, falta un retoque de color nomás y estamos listos para bailar", agrega otro.
Muchos adultos mayores también llevan a sus nietos a la murga y el ritmo de los tambores y redoblantes recorre todas las generaciones.
Algunos integrantes de la murga realizan otras actividades en la semana como teatro y canto. Otros cuidan a sus nietos y están a cargo de los quehaceres del hogar. Sin embargo todos coinciden en un día y horario. Y así esperan ansiosos el miércoles para divertirse y bailar.
Cuando los invitan a participar de algún espectáculo ensayan varias veces en la semana.
En esos casos, convocan a los jóvenes de la murga municipal que llegan con sus redoblantes para tocar mientras los murgueros se divierten. Las instalaciones del CITE se colman de carcajadas que se escuchan desde la vereda. Es que "La chispa de los viejos" se hace sentir y nadie lo puede negar. Qué bueno.