El Centro de Atención Integral a la primera infancia ya sumó cuatro años de experiencia en la ciudad y a pesar de eso, las mujeres de la cooperativa "Ayen Hue" parecen imparables. Algunas están en la salita de cuatro años, otras con los bebés y por supuesto no puede faltar Laura, la cocinera que prepara el exquisito almuerzo todos los días. Van y vienen. Así es la extensa jornada laboral en el Centro de Atención que funciona en la calle Lavalle 263 de Cipolletti.
Adriana Beltramone es la presidenta de la cooperativa y un poco la que dirige la batuta en el jardín. Tiene 27 años de experiencia en este tipo de emprendimientos. Adriana trabajo en Centros de Atención municipales y en jardines creados para entidades gremiales.Y un día decidió encarar su propio proyecto.
"Ninguna de las mujeres es maestra pero todas somos madres y cuidamos a los chicos como si fueran nuestros hijos", aclara Adriana. "Al principio nadie tenía fe en este proyecto, éramos todas mujeres y no confiaban en nuestra capacidad de organización", dice otra de las integrantes. A pesar de las pocas expectativas, el proyecto prendió y todas pusieron su granito de arena para hacer funcionar el centro. El lugar elegido fue la misma casa de Adriana, "tuve que apurar a mi marido para que la termine, así nos instalábamos cuando antes", recuerda.
Hoy, después de cuatro años, el Centro de Atención esta completamente equipado y las 15 socias de la cooperativa cuidan de 83 chicos. La tarifa mínima es 230 $ al mes por cinco horas diarias de lunes a viernes.
"La idea fue darle una mano a las madres como nosotras que no pueden pagar la cuota de un jardín y no tienen con quien dejar a sus hijos mientras trabajan o estudian. Acá los cuidamos como si fueran nuestros y no tenemos horarios ni turno. La mamá viene y deja a su hijo en el horario que necesita y después lo busca cuando se desocupa. Así trabajamos y al parecer ya nos ganamos la confianza de todas", dice Adriana.
El jardín tiene varias salitas para bebés, chicos de más de un año, salas de cuatro y hasta también los hermanos más grandes de cinco y siete pueden quedarse haciendo su tarea en las instalaciones. También tienen un patio con juegos, peloteros y varios electrodomésticos. "Es una gran casa donde compartimos todo", asegura una de las chicas. "No somos empleadas de nadie, esto es nuestro", agrega otra.
Las mujeres que en principio cobraban un plan jefe de hogar hoy trabajan con sueldo y se dividen por turnos. El centro funciona desde las 7 de la mañana hasta pasada la medianoche. El horario nocturno está pensando en las mamás que estudian de noche y no tienen con quien dejar a sus hijos.
"Los chicos se ven felices y a veces no se quieren ir del jardín. Acá todos nos sentimos muy cómodos, valoramos el trabajo en conjunto y sobre todo si uno quiere lo que hace", dice Adriana. Así funciona el jardín de la cooperativa Ayen Hue.