La crisis de los pequeños productores es uno de los temas que, muchas veces, dominan las discusiones políticas y también las charlas de café. Cómo superarla y qué alternativas buscar, son preguntas que terminan en acalorados debates para encontrar alguna respuesta.
Los ámbitos estatales no quedan exentos y también buscan soluciones, sobre todo en esta ciudad que históricamente creció gracias al trabajo productivo. Agregarle valor a la fruta que se produce en pequeña escala y mejorar su rentabilidad, son algunos de los objetivos que se buscan.
Con este norte se construyó en Cipolletti la Planta Demostrativa de Elaboración de Dulces, Mermeladas y Conservas de Frutas de Producción Local, a través de un convenio entre Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI), el Ministerio de Trabajo de Nación y el municipio cipoleño.
Su construcción se anunció a fines del 2007 y se inauguró el 16 mayo de este año. Procesa unos 2.500 kilos de fruta limpia (manzana) por mes de un productor cipoleño. En el lugar trabajan cuatro personas en un turno de 8 horas.
Del dulce que se elabora, unos 1.000 kilos mensuales son adquiridos por el municipio para los comedores escolares, mientras que el resto se comercializa en supermercados y casas de regionales.
Las instalaciones, ubicadas en el kilómetro 1.210 sobre la ruta nacional 22, demandaron una inversión de 800.000 pesos y tienen unos 200 metros cuadros de superficie.
"Esta planta tiene una capacidad modesta de ampliación pero ya aparece la posibilidad de que empiece a procesar otra fruta. La idea es que sea una planta a escala semi industrial que permita perfeccionar un producto, darle todas las condiciones operativas y luego trasladarlo a otras plantas un poco más grandes", explicó el presidente del INTI, Enrique Martínez.
Porque, en realidad, uno de los objetivos que se persiguen es lograr que el conocimiento que se genera pueda ser socializado con otros emprendedores que quieran producir dulces. "La idea es que pasen de la cocina de la casa a una producción más industrializada", fue la imagen que utilizó la responsable de producción del emprendimiento, Alejandra Osés.
En resumen, la planta tiene tres acciones principales: producir de manera eficiente para que resulte autosostenible, capacitar a otros para que puedan instalar y operar plantas similares y prestar el espacio para que los chacareros elaboren sus productos pagando un canon por el uso, informaron durante la inauguración del emprendimiento.
"La idea fue poner en marcha una planta de dimensión pequeña, que produzca bienes de máxima calidad pero que sirva como punto de lanzamiento en un intento de darle salida productiva a innumerables situaciones de transformación que están pendientes a nivel agroindustrial y que no avanzan porque no hay dónde aprender", graficó Martínez en su visita a esta ciudad.
Y agregó que "éste es el concepto de la unidad demostrativa. No son plantas industriales que resolverán el problema de ocupación de un territorio, pero sí permitirán multiplicar el conocimiento y diseminar la iniciativa".
Otro de los aspectos que se destacaron a la hora de ponderar el emprendimiento fue que en la región, casi no existen fábricas de dulces y que las tradicionales mermeladas de manzana o de pera casi desaparecieron del mercado.
En este sentido, el presidente de la Cámara de Productores cipoleña recordó en la inauguración de la planta que hace unas décadas y no muy lejos de donde está instalada, funcionaba EMEC "una gran fábrica de dulces en la región", que desapareció.
Por esto, consideró la idea de generar propuestas en este sentido como "una forma de recuperar alguna de las cosas que fuimos perdiendo".