Fue el primer programa regional en ganar un "Martín Fierro" y alrededor de él hay casi como una mística. "Al pie del termómetro" se transforma durante unos dos meses en el espacio radial de referencia para los productores que deben defender la fruta de las heladas tardías que pueden afectar todo un año de trabajo.
"Nosotros sólo acompañamos, el chacarero es el que decide qué hacer", aclara el creador del ciclo que se emite por LU 19, la AM cipoleña.
Raúl Ferragut, el conductor, está cumpliendo 20 años desde que tuvo la original idea de sentarse frente a un micrófono y socializar las temperaturas que cada productor registraba en sus chacras.
Durante una entrevista con este diario recordó los primeros tiempos y los cambios que se fueron suscitando durante todos estos años.
"Empezamos con música y cada media hora el sereno me abría la perilla y yo pasaba los datos. No eran más de 10 los productores que llamaban, pero al poco tiempo ya teníamos 30. Pegó enseguida", relató sobre el programa que inició allá por 1989.
"No había celulares, así que la gente iba a la chacra miraba los termómetros y después volvía a su casa y me pasaba los datos por el teléfono fijo.
"Me acuerdo que, como un gran avance, un productor consiguió un teléfono inalámbrico y fue hasta el termómetro que estaba a unos 50 metros y nos comentaba que lo estaba leyendo en ese mismo momento", recordó Ferragut.
"Durante un par de años mantuvimos ese esquema. Muchos chacareros iban a la radio que todavía estaba en la rotonda, a informar y a esperar el cero (grado) tan temido. Se producían choriceadas, picaditas. Realmente era muy simpático. Estuvimos así tres años con don Hernán Carrasco, que era el sereno de la noche", explicó.
cambios
Poco tiempo después, a fines de 1991, se sumaron José Paredes (técnico y director artístico) y Eduardo Cervi (productor general) con quienes se terminó de delinear el programa como se lo escucha actualmente.
Ellos también recordaron anécdotas de una época en que "todo era distinto".
Sobre todo en referencia a la tecnología que evolucionó a pasos agigantados en estas últimas dos décadas. Además, "los pronósticos eran poco confiables y tenían márgenes de error muy grandes".
"Ahora es otra cosa. No sólo los pronosticadores son de la zona y conocen sobre cuestiones frutícolas, sino que las herramientas son mucho más confiables.
"También están las centrales meteorológicas. Vía internet, tenés al instante los datos.
"La otra noche, por ejemplo, estaba pronosticado el ingreso de viento y ya estábamos con cero grados. El viento no aparecía hasta que una central del INTA lo detectó. Fue un alivio", ejemplificaron.
Y nuevamente volvieron a las viejas épocas. "Antes estaba el papel confort. Era un pedazo de papel higiénico colgado de algún árbol. Cuando se comenzaba a mover significaba que empezaba a ingresar el viento", rieron.
Los tres también recordaron con una sonrisa al encargado de una chacra. "Un tipo de primera, que siempre nos llama y cuando sale al aire dice: ´Acá Reporte Iván´".
El servicio que brinda "Al pie de termómetro" se inicia a las 19. Se lee el pronóstico y se informan los primeros datos porque esa es "la hora clave" para comenzar a tomar decisiones.
Luego, cada una hora se reiteran y a partir de la medianoche inicia el programa que dura hasta las 6 de la mañana, durante los meses de septiembre y octubre, dependiendo del estado fenológico de las plantas frutales.
Cuando hay pronóstico de heladas los chacareros van llamando e informando sobre las temperaturas que se registran desde el Valle Medio hasta el Alto Valle.
Así, todos están atentos a las contingencias climáticas como el viento o las nubes que pueden morigerar la situación. De lo contrario, es un programa de trasnoche con música y variedad de información.
En los momentos más críticos de las heladas, el ciclo llega a registrar una llamada telefónica por minuto. "Cuando llega el bajo cero y nadie te llama es porque todo el mundo ya está trabajando. Ahí siempre se produce un bache".