"Estoy contento de haber tomado la decisión. Al principio fue como gran desafío y ahora siento una enorme gratitud", intentó sintetizar Horacio Olano sobre la aceptación que tuvo en esta ciudad su propuesta.
Sólo a la escuela, que se inauguró en mayo, ya concurren 80 alumnos y dentro de poco se abrirá la inscripción para los más chiquitos. "Ya compramos los arneses para niños y en pocos días empezamos", informó. Una de las cosas que siempre rescata Horacio es que para aprender danza vertical "no es necesario tener alguna habilidad física especial o conocimientos previos, sólo ganas de desconectarse o de hacer algo diferente".
En cuanto a las edades de los que actualmente concurren dijo que su gran mayoría están entre los 20 y los 35.
Un párrafo especial le dedicó al apoyo que recibió de toda la comunidad cipoleña y también de la municipalidad, a través de la dirección de Cultura. "Siempre están atentos a lo que necesitamos", ratificó.
La escuela está ubicada en Rivadavia 51, en un galpón donde alguna vez funcionó la papelera Cipolletti. El espacio fue remodelado íntegramente porque hacía varios años que estaba casi abandonado.
Allí, se levantaron paredes y se montaron dos estructuras de caños tubulares que van sobre una pared de 20 metros y otra de 6.
La primera actividad fue un seminario de danza vertical, el 27 de mayo. La fecha también significó la apertura formal de la escuela.