| Con la consigna de ayudar al que menos tiene, la asociación Rucalaf muestra un ejemplo de solidaridad digno de imitar. En sus cuatro años de vida la mano solidaria de esta organización de vecinos llegó a escuelas carenciadas, hogares de día, comedores e incluso a localidades del interior provincial. Por definición Rucalaf significa "casita de luz", y esto es precisamente lo que este grupo hace: enciende la luz de la esperanza entre quienes menos tienen. Juan Carlos de Rioja es el alma madre de esta organización que surgió en agosto del 2002 en la necesidad de un grupo de amigos de colaborar con los más desprotegidos, ante la impotencia que generan las crudas escenas de pobreza que a diario se pueden ver a lo largo y ancho del país y de las cuales la ciudad no está excluida. En los cuatro años de vida de Rucalaf el grupo logró sumar el apoyo de más de doscientos afiliados que mensualmente aportan un granito de arena en la construcción de esta obra solidaria. Con humildes colaboraciones económicas, elementos en desuso e incluso con alimentos no perecederos como un simple kilo de harina, este grupo ha logrado extender sus manos hasta los sectores más humildes de la ciudad e incluso a localidades del interior rionegrino. Bajo el lema de "ayudar a los que ayudan" Rucalaf llega a la comunidad a través de comedores, escuelas y hogares de niños ya constituidos. "Como los organizadores somos todos gente que trabaja y no tenemos tiempo para instalar un comedor propio decidimos que era mejor ayudar a los que ya están funcionando en la ciudad", explicó Juan Carlos. De este modo Rucalaf asiste actualmente a los comedores de los barrios Labraña, Costa Norte y Costa Sur, Puente 83 y Antártida Argentina. Además sus aportes solidarios llegan también a la Escuela Rural 50 y a la guardería de UPCN. Uno de los logros más ansiados por este grupo es la consolidación de un banco de medicamentos destinado a las personas que no pueden acceder a los remedios que les fueron recetados. "Estamos muy contentos porque podemos ayudar a las familias que tienen chicos enfermos y que no están en condiciones de poder hacer frente a lo que salen los remedios que esos chicos necesitan". Pese a estos esfuerzos Juan Carlos es muy crítico de la situación que afecta a gran parte de la población de la ciudad. "Yo no creo que las cosas estén mejorando sino que veo que el que antes era pobre hoy lo sigue siendo y por eso estoy convencido de que hay que continuar ayudando", comentó. La asociación, que se encuentra integrada por Nelson Maxwell, José Fuentes, Claudio Yaccopino y Mari Muñoz, cuenta además con la colaboración de un grupo de especialistas médicos que los asesoran en cuanto al banco de medicamentos conformado por los doctores Adalberto Rodríguez, Nelson Garnero y Ariel Rodríguez. Más allá de los aportes de los socios, Rucalaf comenzó a realizar una serie de espectáculos tendientes a recaudar mayores fondos. Entre estas actividades el grupo organizó hace dos meses un recital que les permitió adquirir equipamientos médicos para enviar a localidades aisladas del interior, como Maquinchao y Naupahue, evento que este mes podrían reiterar. | 
