| Está rodeada de peculiaridades. Es una de esas ciudades que en la faz artística orbitan en una galaxia poco comprensible. Como en tantas localidades de este bendito país, vivir del arte, y sobre todo del teatro, se hace cuesta arriba en Cipolletti. Los obstáculos de siempre, en materia de infraestructura e incomprensión gubernamental, se chocan cotidianamente con la tosudez de decenas de artistas que para su vida han decidido tener una estrecha vinculación con las tablas. Pero la ciudad no consigue generar una identidad propia en materia teatral, aunque no sean pocos los que lo intenten. "Creo que faltan muchas cosas, pero por sobre todas, la ciudad carece de una oferta continua de producciones. Pero ojo, de a poco este panorama se va revirtiendo". Marina García Barros es la encargada del área teatral en la dirección de Cultura local. Hay una cuestión que es clara. Neuquén es un fuerte competidor en esto de crear una identidad cipoleña. Muchos son los artistas locales que anidan del otro lado del puente, aunque este fenómeno 'migratorio' esté cambiando. Jorge Onofri, uno de los artistas de mayor renombre de la región, es de los que generalmente estrena sus producciones del lado neuquino. Para el futuro tiene pensado otra cosa. "El año que viene voy a abrir en Cipolletti una escuela de artes escénicas (en el ex galpón Flor del Prado), donde funcionarán, por ahora, los talleres "La caja mágica" y un espacio de enseñanza del arte del títere, al que bautizará Michael Meshke (como su maestro), le dijo hace un tiempo a "El Cultural" de Río Negro. Onofri no es un personaje más en este ecosistema. Es un punto de anclaje del arte zonal. El mismo que alguna vez fue tapa de la revista New York Times. Y puede ser una de las puntas de lanza para comenzar a gestar un sentido de identidad local teatral. "En ese nuevo espacio vamos a montar todas las producciones de 'Embalados (por el arte)' (su actual grupo) y eventualmente algún que otro espectáculo por el que valga la pena hacer difusión, que me resulte exquisito y que me genere mucho deseo. Esa es nuestra marca registrada, el ámbito de la creación. Y el proyecto final será poner en escena 'Wonderland', una obra absolutamente disparatada, perfecta de 'Alicia en el país de las maravillas', de Carlos Oroza. Lo abordaremos en un formato nuevo, un tamaño de producción que no hice hasta el momento en la Argentina: un espectáculo con actores y títeres de gran tamaño, que se presente en grandes teatros, como mínimo para 500 personas. La estrenaremos entre mayo y junio del año próximo". Cerca de una decena de grupos pululan por las calles de la ciudad lanzando ideas, buscando alternativas, cayendo y levantándose. Héctor Paschetta reconoce que vivir del teatro independiente "es durísimo, sobre todo en lugares como Cipolletti, donde hay una gran generación de artistas, pero que en su mayoría son absorvidos por Neuquén". Rionegrino, nacido en San Antonio Oeste, llegado al Valle en el '90, cuando la minera Hipasam pasó al olvido en Sierra Grande y la desocupación se hizo carne en la población, Paschetta es otro de los cipoleños adoptivos que analiza alternativas. Es docente de teatro hace cuatro años, y en diciembre pasado sus alumnos del "Taller Teatral los del Chaparral" estrenaron dos obras breves, "Papá querido" y "Gris de ausencia". "Cipolletti tiene que comenzar a caminar solo en la faz teatral. Recién ahora hay un movimiento de gente que busca identificarse como artistas cipoleños. Hay que organizarse, y eso también incluye a la municipalidad; de una vez por todas esta rama del arte tiene que ser tomada en serio", señala el docente, otro de los que cruza el puente para diseminar sus conocimientos. Paschetta es también otro de los que apunta a cimentar una identidad cipoleña con hechos concretos. Su idea es reformar un antiguo taller (de la calle Chile) para transformarlo en una "modesta" sala y desarrollar allí tareas de investigación y capacitación. "Está todavía en el plano de las ideas, pero seguro que la voy a hacer", se entusiasma. "La idea no es plantear este tema como una disputa, en términos de rivalidad entre una ciudad y la otra; lo que debemos buscar es que a nivel local las producciones sean más prolíficas", insiste García Barros. Lo cierto es que el teatro en Cipolletti se encuentra en un estado de letargo que para muchos es preocupante, pero para otros es justamente un paso... Un paso a un estadio mejor. Son muchas las mentes puestas en producir ese salto de calidad. BIODRAMA, OBRAS SOBRE LA CIUDAD ¿Qué le parecería si un día tocan su puerta y le piden utilizar su vivienda como escenario de un 'biodrama'? De entrada el término deja más dudas que certezas. Pues bien, desde el área que maneja las actividades teatrales en la Secretaría de Cultura local lanzarán en estos días un proyecto para acercar el teatro a la comunidad. La idea fue bautizada " Teatro Punto Doc" y tiene su núcleo de acción en las historias de vida. ¿Qué es un biodrama? "Es contar una historia de vida de alguien que, justamente, debe estar vivo. Lo diferente es que la pieza teatral se monta en el mismo espacio donde sucede la historia", explica Marina García Barros. La primera etapa de este proyecto, que comenzará a recorrer las calles a fines de octubre, apuntará a los comercios. "Vamos a reconstruir las historias de las personas que llevan adelante los locales más tradicionales de la ciudad, de esos que siempre están en la memoria colectiva. Para ello realizamos un trabajo de investigación con amigos, vecinos y dueños de los comercios... Se tratará de una intervención teatral, porque se realiza en el lugar real, en la misma mueblería, casa de electricidad, en la misma carnicería". Una vez que acabe el proceso de los comercios (con tres o cuatro funciones dentro de cada uno), se iniciará la etapa de los edificios públicos, y más tarde de las viviendas con más años en Cipolletti. Por eso, la suya puede ser una de las elegidas. EN MOVIMIENTO Cerca de una decena de grupos pululan por las calles de la ciudad buscando alternativas para conseguir herramientas para trabajar. | 
