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Martes 03 de Octubre de 2006
 
 
 
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  Cuando la música fluye por la sangre
 
 

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Es casi una gimnasia mental. Parte de los jugueteos del inconsciente. Cada vez que suena un bajo en algún rincón de Cipolletti es casi imposible no pensar que los acordes son garabateados por los dedos de Tomás Del Ciotto. Músico omnipresente en la ciudad, el "Negro" Del Ciotto es una especie de abanderado de la identidad cipoleña. El mismo al que se le filtra la preocupación en cada frase. El mismo al que la 'obstinación' por no parar un minuto le jugó en contra y su sufrimiento actual se resume en un análisis médico: tendinitis del dedo índice.

Corrían los últimos momentos de uno de los tantos recitales de Los Conductores Suicidas, algunos viernes atrás. Mientras el grupo ofrecía su habitual performance y uno de sus seguidores escalaba su silla para evidenciar su fanatismo, el miedo le tensó los músculos. El bajo enmudeció y Sabina se esfumó en los últimos acordes. "Siento algo de preocupación. No puedo estar sin tocar, pero además, esta es mí herramienta de trabajo. Pero en un tiempito vuelvo a las canchas", se entusiasma.

Para muchos, incluído este cronista, la vida del bajista cambió intempestivamente. En un pestañear se transformó en uno de los músicos de referencia regional, formó al menos cinco grupos, integró varios más, grabó "una bocha de discos" y se coló en muchas casas, sobre todo de la mano de Los Conductores Suicidas.

Claro, para él no fue tan sencillo. "Mirá, esto fue un laburo de muchos años. Yo comencé a estudiar música hace nueve años, y me costó muchísimo ganarme un lugar. Muchos tiempo de patear la calle, de golpear puerta, mucho sacrificio", señala el músico.

Ya es una muletilla dentro del ambiente, pero es cierto que el talento se disipa en la nada cuando no viene acompañado por una buena dosis de sacrificio y tezón. "Yo toco todo el día. Me la paso dando clases y ensayando. No sé hacer otra cosa".

Actualmente, es el bajista de "Los Conductores...", de "Por la vuelta tango" (junto al 'Bocha' González), "Suit Camaleón" (que armó al lado de María Flores y el percusionista Pablo Benegas) y de un trío de jazz y funk. Un trío que cuenta con una particularidad: consta de bajo, saxo y batería. Tomás explica: "Es un sonido diferente, no hay base armónica (al estar ausente sobre todo la guitarra), es más rítmico y tímbrico. La verdad es que está cada vez mejor". Antes de la tendinitis, Tomás, Guillermo Vera y Cristian Faiad tenían fecha para grabar, en un estudio de La Plata, el primer disco del trío. "Todo mal, pero bueh, ya habrá tiempo.

Le tengo muchísima fe a esta banda. En Buenos Aires fue bien recibida".

 ¿Por qué tantos grupos, tantas facetas?

 No sé, creo que por ser tan inquieto. Lo que pasa es que de esta forma, yo soy el que elijo tocar con los que me parecen los mejores, y por sobre todas las cosas me gusta sumergirme en diferentes estilos de la música, tratar de abordarlos a todos, pero siempre con gente que respete las características de esos estilos.

 ¿Cuándo se produjo el punto de inflexión, el momento que dijiste 'quiero vivir de la música'?

 Cuando estuve en España me di cuenta que quería vivir de la música (NR: 2001, antes de la debacle argentina, gira con el grupo La Grela). Es que ahí me di cuenta de que se podía... Fueron dos meses bárbaros, todo el día tocando, aprendiendo, con buenas fechas para recitales. En ese momento hice un replanteo de mi vida y llegué a la conclusión que debía seguir en esto, que era lo mío.

 Y cuando volviste a Argentina..

... Me dí cuenta porque en Ezeiza me quisieron coimear para pasar antes mis valijas... Todo bien, Argentina es bárbara.

 ¿Por qué nunca te fuiste de la región?

 Nunca pensé en irme de Cipolletti, aunque muchas veces reniegue. Siempre me quejo de los que se van y me alegro mucho por los que vuelven. Creo que esta es una zona para explotarla, a la que hay que ponerle muchas pilas.

 ¿Te llegó la hora del reconocimiento?

 Es relativo, creo que el reconocimiento del público es lindo pero siempre es mejor creérselo uno mismo.

ARTE | ABANDERADO DE LA IDENTIDAD CIPOLEÑA

Con muchos años de trabajo, el bajista Tomás del Ciotto se convirtió en un representante de la ciudad.

BIEN DE ACA

"Nunca pensé en irme de Cipolletti, aunque muchas veces reniegue. Me quejo de los que se van y me alegro mucho por los que vuelven", dice Tomás.

Junto con sus cinco bandas ha llevado sus melodíasa todo el Alto Valle, Buenos Aires y España.

   
   
 
 
 
Diario Río Negro.
Provincias de Río Negro y Neuquén, Patagonia, Argentina. Es una publicación de Editorial Rio Negro SA.
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