Con alrededor de 15 o 20 jóvenes ciegos o disminuidos visuales que se reúnen los sábados en el gimnasio municipal de la calle Naciones Unidas para practicar deportes. Provienen de Cipolletti, Cinco Saltos, Roca, Beltrán y juegan al fútbol o al torbol, un deporte especialmente diseñado para personas que no pueden ver. No sólo los une su discapacidad sino también el hecho de encontrar un lugar de contención donde "todos se sienten importantes". Porque más allá de que se hable de integración "en los hechos concretos, la mayoría de las veces, es sólo un discurso". Las palabras corresponden a Víctor Aubert quien dedica parte de su vida a organizar actividades deportivas y recreativas para niños y jóvenes con discapacidades. El fue también el encargado de explicar cómo se juegan estos deportes y lo que significa para los jóvenes sentir que tienen un grupo donde poder referenciarse y un equipo al que pertenecer. Además, en el caso del fútbol la integración deja de ser un discurso para pasar a ser una práctica concreta del juego. El arquero siempre es vidente y detrás de cada arco hay un guía (uno por cada equipo) que dirige a los jugadores y les informa hacia donde tienen que moverse. La pelota, a su vez, tiene cascabeles en su interior y suena cada vez que alguien la patea. "Acá vienen además estudiantes de la Escuela de Medicina que están haciendo un seminario de discapacidad y tienen como exigencia realizar actividades de integración. En este caso, como en otros donde participan personas videntes, se deben tapar los ojos para estar en igualdad de condiciones", informó Aubert. El torbol, también es un deporte de equipo y se juega con una pelota con cascabeles. A diferencia del fútbol, los jugadores están agachados o acostados sobre unas alfombras. Los arcos tienen 1.30 metros de alto por 7 metros de largo y el centro de la cancha está cruzado por unas sogas con cascabeles elevadas a 40 centímetros del piso. El objetivo es lograr que la pelota ingrese en el arco contrario pero sin tocar las sogas, que sonarán cada vez que esto suceda. Estas actividades así como las que se realizan durante la semana y que incluyen a jóvenes con diferentes discapacidades, son organizadas por la dirección general de Deportes que tiene un departamento dedicado especialmente a cubrir las necesidades deportivas de este sector. Su coordinador es Aubert. El proyecto incluye salidas recreativas y encuentros que permitan hacer realidad la integración plena de las personas con discapacidades. Jóvenes ciegos y disminuidos visuales de todo el Valle se reúnen en Cipolletti para jugar y compartir. A JUGAR Un arquero vidente, un guía detrás de cada arco y una pelota con cascabeles son esenciales para los equipos de fútbol de los jóvenes no videntes. En un gimnasio municipal encuentran contención e integración de la mano del coordinador Víctor Aubert. |