Una de las tareas más sólidas desarrolladas por la actual gestión municipal pasa por la planificación urbanística de Bariloche que tiene un antecedente notable en su pasado reciente cuya instrumentación parcial generó un amplio margen de confusión normativa con consecuencias visibles en el crecimiento de la ciudad.

Esa labor se estructuró sobre un plan de Ordenamiento Territorial que ya está próximo a cerrar la etapa de análisis y diagnóstico para avanzar en la modificación de los códigos de Edificación (1980) y Planeamiento Urbano (1995). Una adecuación que se impone ya que la proyección de ambos cuerpos normativos sobre el territorio dibuja una ciudad superpoblada con buena parte de su entorno natural arrasado.

La secretaria de Planeamiento, Fabiela Orlandi, es la coordinadora del reducido equipo de profesionales y técnicos que tiene a su cargo la responsabilidad de planificar y reorientar el crecimiento urbano mientras continúa atendiendo el devenir cotidiano de la ciudad.

En un extenso diálogo, la funcionaria confió a "Río Negro" que "estamos atrasados pero esperamos que la modificación -de los códigos- esté lista seis meses antes de terminar la gestión para ponerla en funcionamiento".

"Este trabajo lo tenemos que hacer independientemente de otras instancias de planificación que se abrieron. Son elementos que si o si los tenemos que tener y hubo que construirlos prácticamente de cero porque no había nada, es como si hubiera habido un vendaval", sostuvo.

Esa construcción comenzó con la elaboración de un sistema de información geográfica que demandó la digitalización del catastro municipal y su cruzamiento con mapas hidrográficos, de curvas de nivel y pendientes, de mallines y escurrentías entre muchos otros datos.

Luego se avanzó con el reemplazo de los planos del Código del 95 que, además de incompletos, carecían de un grado de detalle adecuado para la aplicación de la normativa y generaban confusión en la toma de decisiones.

Este trabajo meticuloso, que obligó a escanear cada una de las imágenes, llevarlas a escala y corregirlas en Autocad, ya atravesó sus primeras correcciones y fue puesto a consideración de la Unidad Coordinadora.

Por primera vez Bariloche avanza a paso firme en la construcción de un sistema propio de información que le permitirá orientar en forma estratégica su crecimiento, dando cumplimiento a los dictámenes de la Carta Orgánica, y tomar decisiones inteligentes en el corto, mediano y largo plazo.

La mayor parte de lo realizado hasta el momento por el equipo de Planeamiento es intangible para el común de la población pero fundamental para el municipio, que ya cuenta con una primera radiografía urbana donde empezar a evaluar la geografía, la geología, el medio ambiente, el impacto demográfico y el marco normativo, lote por lote.

Fruto de ese mismo trabajo se alcanzó un prediagnóstico de la ciudad que desnudó perfiles tan interesantes como preocupantes:

? La confirmación en el territorio de una sociedad segmentada con intereses muchas veces contrapuestos entre sí.

? Repetición del pecado propio de las grandes urbes: la mayor concentración de población esta integrada por los sectores más vulnerables de la sociedad, distribuidos en un territorio difícil con enormes carencias urbanas (servicios inadecuados, falta equipamiento urbano, falta de centros de abastecimiento, etcétera).

Paradójicamente ese sector, la periferia Sur, reúne una de las mayores posibilidades de expansión de la ciudad y, como era de esperar, atrajo la mirada de importantes inversores inmobiliarios que presionan para orientar el crecimiento en función de sus intereses.

También se confirmó una premisa repetida hasta el cansancio, que el futuro de la ciudad debe proyectarse hacia el este donde quedan las mejores tierras disponibles para el desarrollo urbano, concentradas en manos de unos pocos privados.

En ambos sectores hay amplias zonas sin definición que requieren la definición de usos e indicadores y la intención de la secretaría es que surjan dentro del proceso de planificación iniciado y no en función de proyectos privados como ocurrió a lo largo de la historia local.

El primer mapa de condicionantes para la urbanización, donde se cruzaron las variables físicas naturales del ejido con la "instancia jurídica preestablecida", que traza el mapa de loteos de la ciudad, arrojó un panorama para la zona oeste y uno de los mayores desafíos para los planificadores.

De acuerdo con los parámetros establecidos por el Código del 80 la zona integrada por las delegaciones Cerro Otto y Lago Moreno, que abarca una granja de 13.474 hectáreas de magníficos bosques y paisajes turísticos, podría alcanzar una carga poblacional de 800.000 habitantes. Así lo contemplan los loteos trazados en ese sector más los uso e indicadores establecidos por ese cuerpo normativo que prevé una población total para Bariloche de 1.185.000 habitantes.

La ecuación mejora relativamente con el Código Urbano del 95 que reduce la carga del oeste a 569.000 habitante. "Hoy tenemos dos derechos creados en zona frágil, uno que es el lote por sí mismo y el otros que los dan los indicadores. Mover eso no es sencillo, porque ya están dadas las dos instancias jurídicas en una zona de fragilidad ambiental", explicó la funcionaria.

"Para revertir el loteo tenés que expropiar y alguien lo tiene que pagar. Cuanto se puede bajar (ese nivel de ocupación) va a depender de los mecanismos de compensación que podamos encontrar".

"Con el plan de Ordenamiento lo que vamos a tener, además de saber cuáles son las zonas aptas, dónde hay que bajar la densidad y dónde hay que subirla, es el desafío de encontrar las herramientas y los mecanismos que, con la realidad, permitan hacer este traspaso de indicadores".

"Tiene que haber un Estado inteligente que no haga el papel del tonto, que regale normativa ni que salga a expropiar cuando no está en condición de pagar", enfatizó Orlandi.

- Algo que Bariloche no tuvo hasta el momento, un Estado con una presencia clara...

-Y, hasta acá estamos hablando de las condicionantes ambientales y faltan un montón de otras cuestiones como las vías de comunicación, el equipamiento y, en un plano estratégico, para definir qué vamos a hacer... vamos a seguir concentrándonos en el oeste? ¿Incentivamos el turismo? En ese sentido queremos avanzando con el Ordenamiento Territorial.

-En la zona oeste ya hay una intención trazada por la Carta Orgánica, lo que falta es definir hacia donde se va a desarrollar el resto de la ciudad.

-...y, si tenés las condiciones para hacerlo -advirtió.

El loteo de las frágiles laderas del Otto y la sobrecarga planteada en los bosques y mallines del oeste no fueron las únicas decisiones poco inteligentes en la historia del municipio. Por caso, Orlandi cuestionó también la expropiación de tierras para la construcción de la ruta de Circunvalación.

"La decisión fue no inteligente, no debimos haber pagado un centavo por el plus valor que generó el Estado. Se habilitó una vía de circulación y se abrió tierra al desarrollo urbano e inmobiliario" advirtió, al tiempo que reconoció que "para ser inteligente hay que contar con herramientas adecuadas".

El plan de Ordenamiento Territorial va a ser una herramienta formidable para el trabajo más amplio y abarcativo que comenzaron a desarrollar este año el Consejo y la Unidad de Planeamiento Estratégico.

Bariloche sumará tres áreas naturales

Una de las grandes falencias de la ciudad es la falta de plazas y espacios verdes, que empobrece el ambiente urbano y lo hace altamente dependiente de la naturaleza y los paisajes que aporta el Parque Nacional.

Hasta la fecha el municipio cuenta con un único parque natural, ubicado en la península Llao Llao. Para revertir esta situación el municipio está trabajando en la creación de un sistema de áreas naturales, integrado por zonas de cuidado y preservación de la naturaleza que tengan actividad productiva y se puedan auto-sustentar entre sí.

El proyecto, que será formalizado con una ordenanza, contempla la creación de tres áreas naturales, representativas de las fitogeográficas del ejido, que se sumen al parque municipal Llao Llao, generando zonas de amortiguación entre la ciudad y la naturaleza que la rodea y diversificar la oferta turística con "visiones distintas".

"Esta es una acción concreta y posible que surge del plan de Ordenamiento para cubrir la carencia de espacios verdes del área urbana", explicó la secretaria de Planeamiento.

Las áreas elegidas son: las tierras del Ejército, que suman 4.018 hectáreas de vegetación nativa intermedia, arroyos y montañas en una zona estratégica del oeste que bordea el camino de acceso al Catedral, disputada entre intereses inmobiliarios, proyectos académicos y ambientalistas.

La zona insular, integrada por las islas Huemul y Gallinas, que conjugan un importante patrimonio histórico y cultural, con un escenario paisajístico de singular belleza y un potencial turístico desperdiciado hasta el momento. El territorio suma unas 67 has. frente a las costas Playa Bonita.

Por último, el área del arroyo del Medio, o zona de Ecotono, más representativa de la estepa que rodea la ciudad hacia el este. Las 848 has. delimitadas en el proyecto se extienden entre la estancia El Cóndor, el aeropuerto y Dina Huapi, por lo que demandará una negociación con el municipio vecino y con el particular.

Estos nuevos parques, junto las 1329 hectáreas de bosque Parque Llao Llao serían administradas por un ente de integración autárquico dentro de un sistema que favorezca el sustento de todas.

El Ñireco y un plan maestro de cara al futuro

Entre las acciones concretas iniciadas a partir del trabajo de ordenamiento territorial, la definición de un plan maestro del arroyo Ñireco se impone como una decisión estratégica para el desarrollo de la ciudad.
El curso de agua que atraviesa la ciudad, generando un "tajo urbano" con escasas vías de conexión hacia el este, soporta una complejidad social, ambiental y urbanística de difícil reversión.

El plan maestro de reordenamiento del arroyo y sus zonas aledañas comenzó a elaborarse este mes en Buenos Aires, con financiamiento del BID, y quedaría concluido en unos cuatro meses.

El equipo técnico contratado por el programa Pro Río Negro tiene la misión de "recualificar el arroyo y sus márgenes como espacio público a través de la creación de un parque lineal", explicó Orlandi.

"Obviamente no puede tener las mismas características en la zona que está totalmente consolidada, que es la más cercana al puente de 12 de Octubre, que en la zona sur, porque detentan condiciones totalmente diferentes", advirtió la funcionaria.

La recualificación persigue la definición normativa de nuevos usos, posibles nuevos indicadores, la adecuación de la estructura vial y las vías de comunicación en distintas escalas, la identificación de zonas de riesgo y la definición de áreas de prevención y amortiguación.

A la par deberá señalar las obras y acciones que hacen falta sobre ese territorio, tanto en materia ambiental, como urbana y socioeconómica. "Las obras no sólo van a prever el manejo de posibles desbordes sino también el manejo sanitario del agua", ejemplificó.

La funcionaria aspira a definir obras de corto, mediano y largo plazo que sean "posibles" por su envergadura. "A veces con acciones pequeñas podemos cuidar un determinado sector que nos interese preservar, la idea es detectar cuáles obras en el corto plazo y con poca inversión pueden tener un efecto multiplicador", destacó.

Otro objetivo que se busca con el plan es desalentar el asentamiento de poblaciones en las zonas de riesgo de arroyo, tanto las que ya fueron ocupadas y desalojadas como las que aún se mantienen libres.

El arroyo Ñireco es el colector principal de una cuenca con una superficie aproximada de 105 km2, cuyas nacientes se ubican dentro del Parque Nacional Nahuel Huapi.

A lo largo de su curso, que atraviesa la zona central y la margen este del caso urbano, va recibiendo aportes de diferente magnitud, entre los que se desataca el del arroyo Challhuaco y de los drenajes de los faldeos de los cerros Carbón, Ventana y Ñireco.

La ciudad avanzó con distinto grado de precariedad sobre las márgenes y bardas del arroyo -que desagua en el lago Nahuel Huapi- generando situaciones de riesgo que costaron vidas humanas y costos ambientales.