Seguramente la calle Moreno no llevaría ese nombre cuando en 1938 la familia Carniel construyó una pensión con nueve habitaciones y baños compartidos, en la que se hospedaban, viajantes, trabajadores de la construcción y funcionarios de las incipientes instituciones gubernamentales que dieron forma al Bariloche de aquella época.
Atilio Carniel y María Dal Castel habían llegado a esta ciudad diez años antes (en 1928). Eran ciudadanos italianos, afincados primeramente en la bonaerense Bahía Blanca, que buscaban en lo profundo de la Patagonia el sueño de muchas otras familias de inmigrantes que llegaron para "hacer la América".
Atilio era un buen albañil y fue contratado por don Primo Capraro para la construcción de algunas de las obras públicas más emblemáticas de esa aldea de montaña, que era San Carlos de Bariloche a fines de la década del 20. Cuenta la historia que doña María era muy buena cocinera y que comenzó a dar de comer en su propia casa, a trabajadores, capataces y artesanos que trabajaban en las muchas construcciones de aquel entonces.
Con el tiempo esta especie de restaurante de comida casera se transformó en una pensión. Así nació, el 30 de abril de 1938, el hotel Nahuel Huapi. En un primer momento contaba en su planta baja con la recepción, living y comedor y dos pisos donde estaban las nueve habitaciones que tenían baños compartido. Luego con dos ampliaciones en el año 1953 el hotel llegó a las 40 habitaciones. En otra de las remodelaciones, en los años 1964/65 y también con obras posteriores, los Carniel llegaron a las 86 habitaciones con las que actualmente cuenta el establecimiento.
El hotel Nahuel Huapi se encuentra administrado por los hermanos Ricardo, Alfredo y Miguel Carniel, tercera generación de hoteleros, nietos de don Atilio y María, quienes han llevado a su establecimiento a una calificación de 4 estrellas, convirtiéndolo en un clásico de la hotelería barilochense.
En la empresa trabajan alrededor de 45 personas en forma permanente, incrementándose este número a 60 durante las temporadas altas de verano e invierno. Unas 70 empresas son proveedoras de los artículos y servicios que el hotel demanda para funcionar y de ellas el 90% son comercios de la ciudad de Bariloche.
El hotel comercializa aproximadamente unas 39.000 noches cama por año y recibe en sus instalaciones pasajeros provenientes de Argentina y también de distintos países del mundo, con numerosos turistas de Brasil, Venezuela y Colombia durante la temporada de invierno.
Los hermanos Carniel recordaron en este nuevo aniversario de Bariloche las construcciones antiguas, con sus típicos techos a dos aguas, sus balcones y frentes enmarcados en piedra, rescatando también a su gente, a los pioneros que hicieron patria en estos confines del sur, cuando las distancias eran mas difíciles de zanjar y las condiciones climáticas de soportar.
Viendo las imágenes de aquel sencillo pero sólido edificio se puede adivinar que en aquella época, se construía para que una obra perdurara en el tiempo.
Quienes hoy caminen, tal vez apurados, por la tercera cuadra de la céntrica calle Moreno podrán encontrar en el portal del actual Nahuel Huapi los rastros de aquello que fue y que hoy es historia.
En su interior también encontraran el linaje de una familia que ha seguido inalterablemente ligada a su hotel, a su trabajo y a su pueblo.