El hecho de que en estos días seis jóvenes residentes en Bariloche intenten ascender el monte Everest, la montaña más alta del mundo, amerita recordar a los que les precedieron en dichos caminos. A lo largo de más de cincuenta años una docena de andinistas radicados en esta ciudad concurrieron al Himalaya, ya sea integrando expediciones oficiales de Argentina o bien en forma particular. Todos soñaron con subir una montaña de más de 8.000 metros o al menos que la expedición que integraban lo logre.

Cinco de ellos tuvieron éxito: los hermanos Nicolás y Sebastián de la Cruz, Marcos Couch, Damián Benegas y Mercedes Sahores. Los dos últimos se radicaron en Bariloche hace muy poco tiempo.

El primer residente barilochense en viajar al Himalaya fue Dinko Bertoncelj, invitado por el jefe de la 1ª Expedición Argentina al Himalaya, que se dirigió al monte Dhaulagiri, montaña de 8.167 metros, en 1954. En aquel tiempo su cumbre aun no había sido escalada. Dinko no tenía nacionalidad argentina, era esloveno, y recuerda que junto a otro participante obtuvieron la ciudadanía en el transcurso de una mañana, por expreso pedido del presidente Juan Domingo Perón.

Bertoncelj recorrió numerosas montañas en varios continentes, pero guarda un recuerdo entrañable del Dhaulagiri. Escribió sobre la expedición un libro y su hotel, en villa Catedral, también lleva el nombre de la montaña asiática.

Recordó que en aquel entonces ir al Himalaya fue una verdadera odisea. "No había información y tampoco buenas comunicaciones; a los familiares y amigos les enviábamos cartas, que tardaban semanas en llegar", explicó. Tampoco había caminos y senderos para llegar a la montaña y caminaban por las selvas, con decenas de personas abriendo la huella con machetes. Asimismo, tenían que construir puentes para cruzar los caudalosos ríos de montaña y para muchos lugareños fueron los primeros "hombres blancos".

Pese a conocer a muchos de sus compañeros recién en la montaña asiática, la amistad duró para siempre. "Nos juntamos cada tanto y muchos participamos en la película que recordó el cincuentenario de la expedición", afirmó. Bertoncelj vive en villa Catedral, donde trabajó varias décadas como instructor de esquí y guía de montaña.

Otros dos barilochenses formaron parte de la multitudinaria expedición cívico militar que en 1971 se dirigió al monte Everest: José María Iglesias, quien lo hizo en calidad de médico, y Juan Barrientos, quien era sargento primero en el Ejército. Ambos eran entusiastas montañeses de Bariloche y el doctor Iglesias, activo dirigente del CAB.

José "Pepe" Iglesias elaboró un instructivo informe médico sobre su experiencia en el Himalaya, donde los argentinos llegaron hasta el Collado Sur, a 8.000 metros. El mal tiempo, con la llegada anticipada del Monzón (típico clima del Himalaya), obligó a los escaladores abandonar la montaña.

Iglesias falleció pocos años después en un accidente aéreo y Barrientos vive en Bariloche, donde creó la Escuela Municipal de Montaña, en la cual trabaja hace más de dos décadas. Acompañó a centenares de niños y jóvenes barilochenses, muchos de familias humildes, a la montaña.

Barrientos recordó que "más allá de los éxitos o fracasos deportivos, el viaje al Himalaya deja una profunda y valiosa enseñanza. Constituyó una experiencia única en su género, por la magnitud de la empresa, la distancia y el contacto con otra cultura". Dijo que en esa época el sólo hecho de concurrir a Nepal, constituía una aventura.

Oscar Valenzuela formó parte de la V Expedición Argentina al Himalaya, que intentó ascender el monte Dhaulagiri. Participó como radiooperador y tuvo a su cargo todas las comunicaciones en la montaña y desde Nepal con Argentina. La expedición "50º aniversario CAB" concurrió en el verano de 1981 y finalizó sin la cumbre y en forma trágica, ya que falleció su jefe, Mario Serrano. Valenzuela vive en el barrio Belgrano de esta ciudad y recordó con emoción dicha misión.

Un intento bastante poco conocido es el que realizó el empresario barilochense Huber Ritter al monte Everest, en octubre y noviembre de 1990. Concurrió solo y llegó hasta una cota aproximada de 7.300 metros, entre los C3 y C4. La ascensión se enmarcó en una promesa personal, como su último intento serio en montaña antes de casarse en 1991. Hoy Ritter tiene una fábrica de dulces y chocolates en Bariloche, donde vive junto a su familia.

Nicolás de la Cruz y Marcos Couch fueron la cordada que subió por primera vez un ochomil en el marco de una expedición oficial. Formaron parte de la VII Expedición Argentina al Himalaya, y pisaron la cumbre del Shisha Pangma, de 8.012 metros, el 22 de mayo de 1993. En aquel entonces Couch vivía en Buenos Aires pero luego se radicó en esta ciudad hace más de una década y trabaja como guía de montaña.

De la Cruz preside hoy la Asociación Argentina de Guías de Montaña (AAGM) y recuerda el viaje a Nepal, por China, como una "experiencia inolvidable". Entre las múltiples anécdotas rescata la ocurrida en la pequeña aldea de montaña Nyalam, en un lugar remoto de China, donde parecía no haber llegado la civilización. No obstante, cuando los niños se enteraron que los extranjeros provenían de Argentina comenzaron a vivar a Diego Maradona. "No lo podíamos creer", recuerda.

El 30 de julio de 1994 Sebastián de la Cruz (hermano menor de Nicolás) formando parte del equipo de la TV española "Al filo de lo Imposible" asciende a la cima del K2 (8.611 metros) la segunda montaña más alta del mundo. La ascensión se realizó por la ruta japonesa del espolón norte, sin ayuda de oxígeno. Es considerada hasta el presente la escalada más difícil realizada por un andinista argentino en el Himalaya. Sebastián llegó a la cumbre junto al español José Carlos Tamayo y en su mochilla llevó una flauta traversa, con la cual tocó "El cóndor pasa".

En 1999 Damián y Guillermo Benegas subieron el Cho Oyu, de 8.201 metros, en la frontera de Nepal y Tíbet. Ambos nacieron en Puerto Madryn y vivieron muchos años en los Estados Unidos, donde crearon su empresa de montaña "Patagonian Brothers". Damián Benegas se radicó en Bariloche hace dos años y en 2009 escaló el Everest junto a Mercedes Sahores.

En junio de 2005 Rosana Rechenq formó parte de la primera expedición argentina femenina que intentó coronar un ochomil. Intentaron el Hidden Peak (8.068 metros) en el marco de una expedición mixta que también intentó subir el Gasherbrum (8.035 metros). Rosana, quien trabaja como guía de montaña y es secretaria de la AAGM, concurrió al Himalaya junto a las mendocinas Ana Triep y Virginia Iglesias.

La expedición formó parte del proyecto "Argentinos al Himalaya 14x8000", creado por el empresario español Joaquín Molins Gil, quien también financió el proyecto, a semejanza de lo realizado con la expedición argentino-española que en el 2005 subió el Dhaulagiri.

Si bien ninguna de las dos montañas pudo ser ascendida en el 2005 Rosana recuerda la experiencia como "absolutamente enriquecedora, tanto por lo que pude aprender de montaña como por lo cultural, un país islámico y muy militarizado". Recordó que en el regreso de la montaña fueron "custodiados por el ejercito de Pakistán", ya que había enfrentamientos armados entre campesinos.

En el 2006 la empresa Hielo y Aventura SA, concesionaria de actividades turísticas en el Parque Nacional Los Glaciares, financió una expedición al monte Broad Peak (8.047 m), donde concurrieron cinco de sus guías de montaña. Tres de ellos, Luciano Fiorenza, Ramiro Calvo y Leonardo Proverbio, residen en Bariloche. Pese al optimismo de que la expedición sería exitosa, ninguno de los experimentados escaladores pudo subir a la cima.

En año pasado Mercedes Sahores se convirtió en la primer argentina en pisar la cima del monte Everest. Lo hizo junto a Damián Benegas y también Willie, quien subió ese día por novena vez, con otro cliente. "Subimos de noche, a la luz de la luna. El amanecer fue re lindo y divisamos por primera vez la cumbre, a la cual llegamos a las 9,20 de la mañana, del 19 de mayo de 2009. Había como 15 personas, una multitud", explicó después de su ascensión, ante "Río Negro". Ese día, en el marco de las expediciones comerciales que caracterizan la ruta normal al Everest, subieron más de un centenar de personas.