La historia es el rastro de los que nos antecedieron. Las minúsculas partículas que la componen son las pruebas que dan fe que lo que se cuenta no es fábula, aunque en la distancia de los tiempos muchos hechos suenen a novelescos. Hoy, apenas cien años después en la línea del tiempo, donde casi todo responde a un control remoto ye las noticias dan vuelta al mundo en pocos minutos, cuesta creer que alguien haya sembrado semillas de civilización en el medio de la nada. De eso se ocupó Gladys Pelizzari de Noguerol, de buscar pieza por pieza y armar el rompecabezas de la historia
La historiadora autodidacta cuenta que a fines del siglo XIX, crianceros nómades de cabras y ovejas que procedían de ambos lados de la cordillera -tal vez aún manteniendo la cosmovisión mapuche de que todo era un sólo territorio y la cordillera era apenas una muralla para descargar las nubes- llegaron costeando los ríos Grande, Barrancas y Colorado. Buscaban que la naturaleza les asegurara la ración cotidiana para su ganado. Quizás el destino, que utiliza las necesidades para mover a los hombres a ocupar su lugar en el mundo, hizo que otros grupos bajaran desde el sur mendocino, de Chos Malal (Neuquén) y de San Luis. Entre ellos, este rincón pampeano también recibió a inmigrantes españoles e italianos.
De a poco, todos se fueron ubicando a orillas del río Colorado. Otra fue la necesidad la que los empujó a hacer uso de su creatividad y junto a la actividad pastoril, iniciaron la práctica de cultivos destinados esencialmente al consumo familiar. Así, para poder regar, unieron fuerzas y abrieron bocatomas de captación de agua, levantando su nivel con los llamados "pie de gallo", según cuenta la historiadora veinticinqueña.
Gladys Pelizzari de Noguerol asegura que "desde 1908, con la llegada de catorce colonos ingleses y bóers agrupados por la Río Colorado Lands Company, se produjeron importantes progresos para la región, alambraron los campos, se dedicaron a la cría de ovejas en gran escala, realizaron importantes cultivos de alfalfa y maíz, forestando el lugar con alamedas".
Cabe acotar que los bóers eran descendientes de calvinistas holandeses y franceses que se habían asentado desde el siglo XVII en Sudáfrica. Pero cuando llegaron los británicos a mediados del siglo XIX, deseando conservar su independencia, los bóers se adentraron en el continente y comenzaron a chocar con poblaciones como la de los zulúes, que habían experimentado una extraordinaria expansión en las décadas anteriores. A raíz de esto, algunos de ellos llegaron a esta región, según Pelizzari de Noguerol.
El 26 de julio de 1909 el presidente de la Nación José Figueroa Alcorta otorgó marco legal a este asentamiento, fundando la "Colonia Agrícola y Pastoril 25 de Mayo", en la sección XXV del territorio de La Pampa Central, dividiéndola en lotes de 500 hectáreas.
La gran crecida
Uno de los hechos más recordados aguas abajo del río Colorado es la gran crecida que costó muchísimas vidas a principios de la segunda década del 1900.
"En diciembre de 1914, lluvias y nevadas excepcionales originaron crecidas y provocaron la destrucción de un dique natural que embalsaba la laguna Carri Lauquen, en el curso del río Barrancas, provocando un aluvión que arrasó todo a su paso. Muchos habitantes perecieron, otros decidieron abandonar el lugar y los menos, optaron por quedarse. La recuperación fue lenta: los pobladores aferrados a la tierra comenzaron la reconstrucción de sus viviendas, a abrir canales, acequias y emparejar las tierras. El aislamiento con los centros poblados era considerable y los caminos sólo precarias huelas que serpenteaban el monte.
En 1940 visitó la región el gobernador del territorio, general Miguel Duval, quien quedó gratamente impresionado por las actividades de los chacareros que cultivaban sus huertas. Al año siguiente presentó un estudio sobre aprovechamiento del río Colorado, en el "Primer Congreso Argentino del Agua" realizado en Mendoza Sus gestiones llevaron al gobierno nacional a enviar una "comisión de estudios" encabezada por el ingeniero Rodolfo Ballester. Esta comisión realizó trabajos hidrológicos y edafológicos durante varios meses, tendientes a la planificación de obras de irrigación" sintetiza la historiadora de 25 de Mayo.
La provincialización
Después de la provincialización (1951), se iniciaron trabajos de relevamientos topográficos y obras de defensa de márgenes, ya que el río erosionaba constantemente la costa y afectaba superficies de chacras. El ingeniero Federico Tapper fue designado ´director de estudios y obras de riego´. La Comisión Técnica del río Colorado se creó en 1960 con al finalidad de planificar los trabajos necesarios. Estaba integrada por el ingeniero civil Oscar Rodríguez Diez, el agrimensor Edgar Morisoli y el ingeniero agrónomo Carlos Mainero.
En 1962 el Ente Provincial del Río Colorado -organismo autárquico- tomó a su cargo la dirección de los estudios y obras para desarrollar las superficies factibles de ser regadas. Estableció su campamento a uno pocos kilómetros de las chacras que comprendían la Colonia 25 de Mayo. Edificaron oficinas, talleres, viviendas, Sala de Primeros Auxilios y destacamento de policía.
La construcción del puente Dique -obra cabecera del Sistema de Aprovechamiento Múltiple del río Colorado-, el canal matriz, la central hidroeléctrica "Los Divisaderos" y la sistematización de parcelas, produjeron una significativa modificación del árido paisaje norpatagónico, según Gladys Pelizzari de Noguerol.
En 1968 se descubrió petróleo en Colonia Chica y La Pampa se incorporó a la nómina de provincias productoras. El 31 de diciembre del mismo año, mediante ley 490 se creó la municipalidad de 25 de Mayo. Y fue designado comisionado organizador Hipólito Orozco.
Durante el año 1976 fue aprobado el "Programa único de habilitación de áreas de riego y distribución de caudales del río Colorado", en función del cual se determinaron los cupos de agua correspondientes a las cinco provincias integrantes de la cuenca: Río Negro, La Pampa, Buenos Aires y Mendoza.
Como consecuencia del acuerdo de gobernadores, se creó un organismo interprovincial -el Comité Interjurisdiccional del Río Colorado (Coirco)- con funciones de asegurar, controlar y fiscalizar la ejecución de un "programa único de aprovechamiento".
La historia de postergación en la zona de 25 de Mayo tuvo un brusco cambio en el 2004, cuando un movimiento popular decidió que los pampeanos debían tener mayor participación en la explotación de sus recursos. En la madrugada del 29 de marzo, un grupo de desocupados en situación de marginación laboral clausuraron el tránsito por la pasarela que unía Catriel con los yacimientos en territorio pampeano. Salieron a la calle para luchar en reclamo de trabajar en las compañías que extraen la riqueza del subsuelo pampeano. En la bandera desplegada en el acceso a la pasarela, resumían los objetivos de la lucha: "Terminó lo que se daba, el petróleo es nuestro".