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Si se conoce por anticipado ese final, ¿por que siempre es más de lo mismo?, por Nora Blok de Pecchia | ||
Con todo año que se inicia, las esperanzas de vivirlo con mayor suerte que la del tiempo que fue quedando atrás aparecen renovadas, y en esa apuesta una porción importante de nuestras energías se pone en juego. Eso es lo que generalmente nos pasa como individuos, en el plano personal y en el familiar.Ese mismo anhelo merece la suerte de toda una comunidad, en todos los órdenes de su organización. El modo de llevar esto adelante y de salvar esa idea colectiva que llamaremos pueblo, ciudad, provincia o país es, ni más ni menos, que cada uno de nosotros haga lo que deba hacer, desde la competencia y el puesto individual. Así leemos en Fausto de Goethe: Eso que has heredado, trabájalo para que sea tuyo Después de todo, en este 2010 se celebra el Bicentenario de la Patria, y una buena forma de saber honrarla, es la de aportar entre todos una energía superadora que refuerce nuestra identidad como argentinosY en ese sentido, hay tareas importantes para asumir con responsabilidad. En estos días se difundió en nuestra provincia de Río Negro la demanda del gremio docente hacia el Gobierno exigiendo el 50% de aumento en los salarios, condicionando así el inicio normal del ciclo lectivo. El Gobierno, por su parte, argumenta no tener dinero. Esto no es nuevo; esta “película” ya la vimos, porque se viene repitiendo año tras año, y llega aburrirnos, pues sabemos su desenlace: empezaría el “tire y afloje”, el inicio del ciclo escolar nos mostraría las escuelas vacías. Seguirían pasando los días en medio de tratativas para acercar las posiciones entre una parte y la otra. El porcentaje concensuado generalmente sería cercano a la mitad de lo que el Gremio inicialmente pedía. Reuniones y Asambleas tendrían lugar, y al final la treintena de días perdidos formarían parte del botín de negociación; el gremio por el no descuento de los días de paro, y el gobierno por la recuperación del tiempo perdido. Entonces, si se conoce por anticipado ese final, porque siempre es más de lo mismo, porqué no tratar desde ahora de ofrecer un argumento diferente, otro guión para este rodaje. Manejar de entrada el cumplimiento de pautas comunes e innegociables que ambas partes respeten, como por ejemplo el inicio de clases, y presentar cifras y porcentajes lógicos que desde un principio vayan a ser aceptados. Hace falta algo de grandeza para cambiar historias recurrentes. Anteponer de una parte y la otra el interés verdadero por el otro como destinatario de una tarea diaria mejor porque todos merecemos darnos la oportunidad de realizar una apuesta diferente. Anteponer de una parte y la otra el interés verdadero por el alumnado como destinatario de la mejor calidad educativa que merece. Tal vez de esa manera seamos más dignos para festejar a la Patria en su Bicentenario.
Nora Blok de Pecchia, profesora en Letras, Bariloche. | ||
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