Dos veces renunció Alfio Basile y las cosas siempre empeoraron. Renunció a la selección en octubre de 2008 y desde entonces, el equipo argentino jugó peor, sumó menos puntos y los futbolistas acentuaron su apatía.

Y renunció a Boca en enero pasado. Pero el Xeneize lejos de mejorar, jugó tan mal como antes y se defendió peor. El DT ya no está, pero la crisis futbolística continúa.

Las teorías conspirativas suelen ser el atajo para explicar muchas circunstancias en el fútbol: "los jugadores fueron para atrás...", se dijo para explicar lo mal que jugaba la selección cuando la dirigía el Coco. Se dice ahora que la dirige Diego Maradona.

Volvió a pensarse en el boicot cuando se vio a Boca defender tan mal con Basile en el banco. Sin Basile, Boca sigue pasando vergüenza abajo.

No es que nunca pasó que un plantel le suelte la mano a un entrenador. Pasó y seguirá pasando. Ayer, en una entrevista con La Red, Jorge Benítez, el Chino, quien renunció a Boca en 2005 tras la escandalosa eliminación copera ante Chivas, confesó que "a mi me sacaron los jugadores, con responsabilidad del presidente (en ese momento era Mauricio Macri)".

Boca tiene un problema más allá del entrenador: la división de sus referentes. Se responden públicamente y ya no son referentes para los más chicos. Ayer, el juvenil Ezequiel Muñoz reconoció que "falta diálogo. Las derrotas también tienen que ver con el rendimiento de otros jugadores. Hay que hablar del equipo y no tanto la defensa".

La presencia de los grandes futbolistas de la historia reciente de Boca fue un espejo para los chicos que se sumaban a Primera. Ya no. Aquellos grandes no rinden como entonces y las disputas son inocultables. El plantel está dividido y enojado. Boca envejece y los dirigentes tienen trabajo. No sólo el entrenador

JUAN MOCCIARO