El atacante de River, Ariel Ortega se entrenó ayer a la mañana a puertas cerradas junto a los futbolistas que no participaron del encuentro contra Rosario Central y dejó el Monumental sin dialogar con la prensa ni con los dirigentes del club.
Después de sumarse tarde el sábado a la concentración y de marcharse del estadio una día después luego de enterarse que no iba a jugar contra Rosario Central, Ortega arribó ayer puntualmente al entrenamiento matutino.
En tanto, el presidente de la institución, Daniel Passarella, el vice Diego Turnes, el director técnico del equipo, Leonardo Astrada, y el médico del plantel, Luis Seveso, mantuvieron una reunión en la que al parecer acordaron no sancionar al futbolista por la nueva recaída en su adicción, sufrida el viernes, que lo marginó del encuentro contra Rosario Central.
Los dirigentes solicitaron tanto a Astrada como a Seveso que remitan sendos informes acerca de la situación futbolística de Ortega y de su tratamiento contra su adicción. Además, Passarella evalúa mantener un encuentro con la familia del jugador para que pueda convencer al futbolista de intensificar su tratamiento.
En ese sentido, Astrada afirmó que "lo que todos buscamos es ayudarlo, pero acá a los únicos que pueden tomar una decisión para una rehabilitación es la familia, nosotros no podemos llevarlo a un lugar y encerrarlo", señaló el entrenador en declaraciones a radio La Red.
"Nos pone mal porque lo queremos ver bien, pero nosotros buscamos todos los medios para que se sintiera cómodo y se recupere por la enfermedad que tiene", explicó Astrada. Pero luego aclaró: "Para eso necesitamos la colaboración de la familia, es fundamental.
"No sé si es mejor o peor que siga entrenando, yo trato de buscar la manera de que esté cómodo y a gusto para que se recupere. Si me dicen que lo más conveniente es que se interne y deje de jugar al fútbol lo vamos a aceptar, por eso necesitamos el apoyo de la familia".
