SAN CARLOS DE BARILOCHE (AB).- La electricidad consumida por los vecinos de la toma Nahuel Hue que están "enganchados" sería pagada a la CEB con recursos previstos para subsidiar "tarifas sociales". Y de no prosperar esa gestión, el costo será asumido por el municipio.

Así lo acordó el intendente Marcelo Cascón con el titular de la Cooperativa, Omar Goye, quien en noviembre comenzó a facturarle al municipio los miles de kilovatios consumidos en la toma más grande de Bariloche.

La deuda que reclama la CEB supera ya los 100 mil pesos y corresponde al uso de energía que registran los llamados "tableros sociales" de Nahuel Hue, de donde se sirven en forma gratuita cientos de familias que no cuentan con medidor propio.

En un primer momento el gobierno municipal pretendió desconocer esa deuda y hubo algún amague de llevar el litigio a la Justicia. Hace pocas semanas la asesoría letrada del Ejecutivo rechazó formalmente el reclamo de la CEB y dijo que el Estado municipal no podía "asumir una obligación que no le es propia".

Pero ahora el intendente desandó ese camino y le aseguró a Goye que buscarán la fórmula para que la Cooperativa no deba cargar con esa pérdida.

Consultado por este diario, Cascón dijo que explorarán con el gobierno provincial la posibilidad de repetir en Nahuel Hue una mecanismo similar al aplicado en las 34 Hectáreas para saldar una deuda por consumos impagos de agua. Allí el costo fue asumido bajo la figura de una "tarifa social", con fondos previstos para ese fin. Claro que el prestador era ARSA, una empresa de la misma provincia.

En el caso de la luz para Nahuel Hue sería necesario plantear la gestión a través del organismo regulador de la electricidad (EPRE) y cubrir los consumos impagos del barrio con recursos reservados para la "compensación de tarifas". Si no prospera ese camino, Cascón admitió que deberá descontar a la CEB la facturación acumulada en Nahuel Hue de la tasa especial que paga esa empresa al municipio y alcanza el 3% de su facturación bruta.

Los consumos per cápita en la toma son más abultados que el promedio del resto de la ciudad porque, debido al "costo cero", muchos vecinos se valen también de artefactos eléctricos para cocinar, calentar agua y calefaccionar sus viviendas.

Esa modalidad de uso torna dificultoso el "blanqueo" de la situación. Justamente la CEB y el municipio fijaron el 31 de marzo como plazo final para que todos los pobladores de la toma coloquen su medidor y comiencen a pagar la electricidad que consumen.