NEUQUÉN (AN).- "Se comenzó esta experiencia con la policía porque es una población de riesgo por su actividad y horarios de turno rotativos. Si bien hacen un trabajo parecido al de la administración pública, pasan mucho tiempo sentados en el móvil y la oficina, cuentan con una dosis adicional de estrés ya que cuando salen se convierten en un blanco móvil", describió Cristina Quiroga, la directora General de Salud y Medicina del Deporte a cargo del estudio.
El dato fue confirmado en su momento por el jefe de la Policía, Juan Carlos Lepén, quien confió que tienen "poco más de 1.000 policías que llevan una vida sedentaria en la capital y consideramos que le podríamos mejorar el nivel de vida si se le incorporan actividades físicas y una buena alimentación". Quiroga explicó que "la propuesta es propiciar en los ambientes laborales hábitos saludables. Entiéndase que hacer deportes no es sacar a dar una vuelta al perro mientras uno fuma. Lo que se busca de la actividad física es generar una intensidad y un impacto que produzcan cambio en el organismo para mejorarlo. Por lo que los policías van a tener que sudar un poquito".
Para esto es necesario que los uniformados se preparen para hacer actividad física, "de lo contrario, por los parámetros arrojados por el estudios podrían lesionarse", detalló la funcionaria.
Es por eso que los efectivos realizaran una preparación progresiva aplicando metodologías modernas, científicamente probadas y fisiológicamente adaptadas a cada sujeto participante, teniendo en cuenta su aptitud y capacidad individual, para así reducir al mínimo el stress cardiovascular. Esperan poder iniciar la preparación progresiva en marzo para concluir antes del receso invernal. Se evaluará la fuerza que pueden realizar y los ejercicios serán muy puntuales y dirigidos para que el organismo comience a recobrar la actividad.