Las comunidades chiítas de Pakistán e Irak sufrieron ayer dos duros atentados que dejaron decenas de muertos.
En Irak, un atentado perpetrado con un proyectil de mortero mató ayer al menos 40 personas en el centro del país, en lo que se considera una ofensiva de los grupos sunnitas contra los chiítas en el poder, informaron fuentes oficiales.
Este nuevo ataque se suma al del domingo -cuando 11 peregrinos murieron en un ataque suicida-, al del lunes -en el que una mujer se hizo explotar y mató a 41 personas- y al de ayer, por el cual murieron 25 chiítas.
Estas acciones forman parte de una escalada de violencia contra los chiítas perpetrada por grupos sunnitas, que en el pasado apoyaron al ex presidente Saddam Hussein.
El gobernador de la provincia de Kerbala, Amal Eddine Al Her, declaró que fue lanzado "un proyectil de mortero desde la zona agrícola al noreste de Kerbala", 3 kilómetros al este de la ciudad.
Por el ataque también resultaron heridos 156 personas, indicaron fuentes policiales.
"Estábamos volviendo a casa por grupos después de terminar con nuestros ritos y de repente hubo una gran explosión", dijo uno de los peregrinos heridos citado por la agencia de noticias Europa Press.
En un primer momento se informó que el atentado había sido causado por dos coches bombas.
Al Her acusó a la red islamista Al Qaeda y a grupos del partido sunnita Baaz, al que pertenecía el derrocado y ahorcado Saddam Hussein y que está proscripto.
Más de un millón de peregrinos chiítas de todo el mundo participaban ayer de los ritos de recordación del imán Hussein, muerto hace 13 siglos en una batalla.
En Pakistán, dos kamikazes cargados de explosivos y a bordo de motocicletas atacaron ayer en Karachi un autobús de chiítas, matando a 12 personas, y luego un hospital donde eran atendidas las víctimas del primer atentado, causando al menos otros 13 muertos. Estos atentados, cometidos en la capital financiera de Pakistán, de 16 millones de habitantes, se inscriben en una ola de ataques terroristas de insurgentes islamistas en todo el país, que ha dejado más de 3.000 muertos en los últimos 30 meses.
Los ataques contra la minoría chiíta (20% de la población) en Pakistán son relativamente frecuentes, a menudo cometidos por grupos extremistas sunnitas -comunidad musulmana mayoritaria en un 80%- y por los talibanes aliados a Al Qaeda, responsables de la mayoría de los atentados de los últimos meses en Pakistán.