Más de diez mil fanáticos se reunieron el sábado 30 de enero en la playa hawaiana de Waikiki, donde se desarrolla la serie, recibieron al elenco y vieron el primer episodio de la sexta temporada.
La historia comemzó cuando el vuelo “Oceanic 815” se estrelló en una isla del Pacífico sur y sus sobrevivientes comenzaron a relacionarse mediante el amor, el odio o la envidia.
Además en el transcurso de la trama, sus personajes debieron enfrentarse a los extraños efectos de la isla: John Locke no necesita la silla de ruedas, una nebulosa negra parece engullir a las personas, algunos muertos entregan mensajes a los vivos, y Walt, el único niño, desarrolla extrañas habilidades.
Pero el relato se complicó cuando los protagonistas descubrieron escotillas en medio de la selva y en cuyo interior se encontraron con salas con computadoras de una misteriosa “iniciativa Dharma”, y con habitantes antiguos de la isla (los Otros), liderados por Benjamín Linus.
En el transcurso de las siguientes temporadas algunos lograron escapar de la isla, otros viajaron en el tiempo o quedaron en el pasado y otros en el presente. Y pasaron miles de cosas más hasta que explotó una bomba atómica.
La sexta temporada deberá darle sentido a todo eso, o tal vez no para la legión de seguidores que posee este fenómeno a nivel mundial y que a pesar de contar con avances filtrados en You Tube desistieron de verlos y mantenerse fieles al estreno de la serie en la televisión. Télam |