Jueves 04 de Febrero de 2010 Edicion impresa pag. 48 > Contratapa
El Ludovico también perdió su hélice
Alguien se apropió de algunos restos del barco. La embarcación, de 1916, está en Bahía Rosa.

Alguna vez el Ludovico, aquel barco que llevaba al oficial de la marina alemana Wilhem Canaris y que naufragó en la costa de Viedma, en 1916, estuvo intacto. Pero de aquella época a esta parte, poco queda de esa embarcación histórica. De hecho, hay cada vez menos piezas: ahora desapareció también la hélice.

En todos estos años, el Ludovico fue perdiendo chapas, maderas, y según APP; "en muchas casas de Viedma también hay platería, brújulas y otros dispositivos de la embarcación. Se han hecho galpones en los campos con la madera del barco. El ancla se encuentra en un campo ubicado en la zona marítima, contigua a Viedma".

Así, en la arena, sólo quedaban sepultadas las calderas y la hélice.

El Ludovico, que es patrimonio histórico-cultural de esta zona, tiene un gran valor histórico. Allí estaba el oficial de la marina alemana Wilhem Canaris, posteriormente jefe de la Abwher, la organización de inteligencia alemana entre 1921 y 1944.

El libro "Nazis en el Sur" del periodista y escritor Carlos Di Napoli, consigna ese dato, al relatar la odisea del "Dresden" y su refugio en Chile, después de haber sido el único navío sobreviviente del enfrentamiento entre las flotas alemana y británica en la batalla de las Malvinas, en 1914. Di Napoli asegura que Canaris, después de estar internado como refugiado en Chile, rehusó integrar un plan de fuga con sus camaradas del "Dresden", y se embarcó en el vapor Ludovico "que por un error de navegación" naufragó en las costas rionegrinas en 1916.

La referencia que hace Di Napoli es la primera que se conoce en la región donde se produjo el hundimiento del "Ludovico" en diciembre de 1916, que siempre fue comentada por los lugareños como un naufragio mas de los varios sobre los que se tiene memoria. Hasta la aparición de "Nazis en el Sur" sólo se sabía que el vapor chileno había encallado en las restingas de Bahía Creek, donde todavía conserva una de las calderas enterradas en la arena.

Ahora, otra de las partes del Ludovico fue quitada de su lugar, alterando no sólo lo que es patrimonio de la zona, sino también una porción de la historia que se escribió allí.

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