BUENOS AIRES.- Los gobiernos de Argentina y Brasil buscarán desde hoy encarrilar las relaciones comerciales con vistas a un 2010 que apunta a ser de crecimiento y de relanzamiento de las relaciones del Mercosur con la Unión Europea.
Hoy, desde las 16, el canciller Jorge Taiana recibirá a su par de Brasil, Celso Amorim -quien también se prevé que sea recibido por la presidenta Cristina Fernández-, para desarrollar los temas de la agenda común y preparar la visita del presidente Luiz Inacio Lula Da Silva a Buenos Aires en marzo.
En paralelo, el secretario de Industria, Eduardo Bianchi, y su par de Desarrollo, Ivan Ramalho, analizarán la situación comercial, a la luz de los acuerdos alcanzados por ambos gobiernos el 18 de noviembre pasado en Brasilia.
En la previa, técnicos de ambos países revisaron aspectos de lealtad comercial, hicieron un repaso de los acuerdos entre privados vigentes y pusieron sobre la mesa nuevos sectores.
Fuentes de Industria, señalaron que si bien hubo acuerdos que funcionaron bien, como muebles y calzados, hay otros que no se cumplieron, como ser baterías y embragues para autos.
En cambio, el Ministerio de Desarrollo de Brasil señala que los mayores pedidos de ese país se concentran en neumáticos, textiles e indumentaria, línea blanca, autopiezas, muebles y calzados. Los reclamos argentinos se focalizan en lácteos, harina de trigo, uva, duraznos y ajo.
Según reconoce el gobierno argentino, desde los acuerdos de noviembre el país redujo de manera importante el plazo promedio de liberación de mercaderías brasileñas, mientras que el país vecino tampoco volvió a bloquear camiones con productos perecederos. En rigor, la crisis del 2009 expuso diferencias importantes sobre la visión de ambos socios sobre la integración regional: Brasil ratifica la idea de que en el Mercosur no deben existir barreras al comercio, mientras que Argentina pretende que haya mecanismos de ese tipo para proteger sectores sensibles. En el 2006, luego de casi un año de discusiones, ambos países acordaron la creación de un Mecanismo de Adaptación Competitiva (MAC), el cual preveía la aplicación de salvaguardas, pero el gobierno de Lula no lo mandó al Congreso para su ratificación.
A las cuestiones de la agenda local se suma ahora la posibilidad de reactivar negociaciones birregionales con la Unión Europea, lo que obliga a las partes a cerrar diferencias y avanzar en temas que hasta ahora estuvieron congelados. Tal es el caso de la sanción de un Código Aduanero del Mercosur, un paso necesario si se pretende avanzar con la UE.
Más allá de ello, en enero de este año el intercambio comercial creció 52%, al sumar unos 1.900 millones de dólares, una situación que colabora para aflojar las tensiones comerciales.