CIPOLLETTI (AC).- Un taxista de esta ciudad denunció que fue amenazado y luego asaltado por dos nenes de entre 9 y 13 años. El hecho, que alarma por la muy corta edad de sus protagonistas, se produjo durante los primeros minutos de ayer cuando los chicos tomaron un taxi de la empresa "Servi Taxi" en la plaza San Martín, sobre calle Miguel Muñoz casi Yrigoyen. El destino final era la zona de El 30, "al lado de una despensa". Según le dijeron al conductor, iban "a la casa de unos tíos".
Como los menores de edad, según describió la víctima, "estaban bien vestidos, hablaban bien y no tenían signos de algún tipo de alteración", al chofer no le llamó la atención y decidió hacer el viaje hacia ese sector, distante varios kilómetros del centro de la ciudad.
Todo marchaba bien hasta que llegaron al destino indicado. Pero una vez allí los chicos se negaron a bajar porque en la casa "estaban todos durmiendo".
"El más chico se había sentado adelante y el otro atrás. Los apuré un poco y me dijeron que volvamos a una chacra que habíamos pasado, porque ahí vivían otros parientes. Cuando llegamos, lo mismo: no se querían bajar. Yo les decía que se bajen a golpear las manos pero tampoco querían", relató Héctor Constancio, el conductor del Fiat Siena, interno 88. Ése fue el momento en que el hombre advirtió que algo andaba mal.
"Metí marcha atrás y aceleré con todo. Agarré de nuevo el camino principal a toda velocidad para tratar de llegar a la zona del Anai Mapu, pero cuando estoy llegando al cruce con Circunvalación, el de adelante sacó un cuchillo, me lo puso en el cuello y me dijo que parara porque era un asalto; dijo que si no le daba la plata, era boleta", contó el hombre, quien por la mañana desempeña tareas en la municipalidad.
Tratando de hacer valer la diferencia física, el taxista intentó reducir al chico tirándosele encima, pero enseguida el de atrás sacó otro cuchillo y se lo apoyó en la espalda. "Ahí decidí no poner más resistencia porque los pibes podían hacerme cualquier cosa. La verdad es que nunca pensé que me fueran a robar... eran muy chiquitos", comentó aún asombrado.
Nuevamente en dominio de la situación, y como si se tratara de dos ladrones experimentados, volvieron a exigirle el dinero de la recaudación, pero como el hombre recién había empezado su turno, apenas tenía una bolsita con unos 20 pesos en monedas.
Fue entonces que los menores de edad intentaron arrancar el equipo de radio, pero no tuvieron la fuerza suficiente para sacarlo. Optaron, finalmente, por quitarle el celular y el reloj.
Según el relato de Constancio, en ese instante un auto con las luces altas se acercó de frente, lo que asustó a los precoces ladrones porque pensaron que era un patrullero. Alcanzaron a sacarle el frente del estéreo del auto, huyeron corriendo y se perdieron en la oscuridad.
Enseguida el hombre alertó a la policía, que montó un rastrillaje pero no pudo dar con los chicos.