PARÍS (DPA).- Diez años después del accidente de un avión Concorde de la aerolínea Air France en el que murieron 113 personas arrancó ayer en París el juicio contra los supuestos responsables de la catástrofe.
Un juzgado francés deberá aclarar en los próximos meses si los técnicos de la compañía aérea estadounidense Continental son culpables de homicidio involuntario.
También se sientan en el banquillo de los acusados tres antiguos trabajadores de la autoridad aérea francesa (DGAC) y el fabricante del aparato, Aérospatiale. La fiscalía les acusa de no haber advertido de posibles riesgos. El avión supersónico se estrelló en las inmediaciones del aeropuerto parisino Charles de Gaulle el 25 de julio del año 2000. En el accidente murieron 113 personas, entre ellos 100 pasajeros, nueve miembros de la tripulación y cuatro personas que se encontraban en tierra.
El accidente supuso además el final del modelo Concorde, que fue retirado de la circulación en 2003. El aparato, construido por Francia y Reino Unido, era capaz de volar entre Europa y Nueva York en tan sólo tres horas.