PARÍS.- El ministro francés de inmigración, Eric Besson, presentó ayer al gobierno un decreto por el cual se negará la ciudadanía francesa a todo hombre que obligue a su esposa francesa a llevar el burka, la tela con la que algunas musulmanas cubren su cuerpo y rostro.
El ministro, a través de un comunicado, señaló que impedir a una esposa que vaya con el rostro al descubierto sería el equivalente a rechazar "los principios del secularismo y la igualdad entre hombres y mujeres".
La iniciativa tiene como origen un caso reciente, según trascendió de fuentes cercanas al ministerio de Inmigración.
"Durante la investigación reglamentaria y la entrevista previa (sobre la petición de la nacionalidad) se ha puesto de manifiesto que esta persona obligaba a su esposa a llevar el velo integral, la privaba de la libertad de ir y venir con la cara descubierta y rechazaba los principios laicos y de igualdad entre hombres y mujeres", justificó Besson.
La medida es el última en una serie de continuos intentos del gobierno francés de limitar o prohibir que las mujeres vayan ataviadas con el burka.
La semana pasada, una comisión parlamentaria recomendó medidas para impedir que las mujeres lleven el burka en transportes o edificios públicos, pero finalmente no impuso la prohibición por ley de llevar velo.
No obstante, el presidente del Consejo católico francés de las Relaciones Interreligiosas, el obispo Michel Santier, se pronunció el lunes contra la prohibición del burka, por considerar que sólo marginalizaría a las pocas mujeres que lo llevan y "estigmatizaría a los fieles musulmanes", según explicó en un comunicado.
La policía estima que menos de 2.000 mujeres en Francia llevan burka.