¿Para qué sirve el fútbol de verano? ¿Para qué le sirve el fútbol de verano a Boca y a River? Boca perdió a su entrenador y a su manager en el último verano, al que aún le queda mucho calor todavía, pero que ya parece terminado y muy lejano. Sobre todo a River.
El equipo de Núñez goleó a Boca y empujó a Alfio Basile y a Carlos Bianchi a una renuncia que ambos tenían en mente mucho tiempo antes que aquel 1-3 de aquel miércoles 20 de enero.
Pero sobre todo la goleada a Boca generó una falsa ilusión de fútbol recuperado y de (muy) jóvenes cracks listos para cargarse la refundación del peor River de la historia.
La caída en el Monumental ante Banfield (0-1), por los puntos de verdad cuentan, devolvió a River a su presente de fútbol escaso y vuelo demasiado bajo. Decíamos hace una semana que el triunfo veraniego sobre Boca sería apenas una anécdota. Ya lo es.
La primera fecha del torneo Clausura fue más de lo mismo para River y Boca. Las groserías defensivas xeneizes volvieron a verse en la noche de Paternal, a pesar de haber estado a segundos de ganarle a Argentinos (2-2).
El fútbol de verano sometió a ambos equipos a un espectáculo para turistas que ya no entusiasma. A ver quién pierde y se queda sin DT es la consigna. Esta vez le tocó a Boca. Pero los cronistas estaban preparados por si el drama cambiaba de vestuario. Todo, a cambio de 200 mil pesos, no más. ¿Vale la pena?
Desde la planificación deportiva, el fútbol de verano es absurdo. ¿De qué le sirvió a Boca los días de pretemporada en Tandil si el entrenador que lo planificó ya no está? ¿Si los refuerzos que revalorizarán al plantel llegaron después? ¿Alguien vio alguna vez un Real Madrid-Barcelona en Marbella o Ibiza, jugando para los veraneantes?
Por último, ¿los hinchas de River habrán llamado esta vez a Tití?
JUAN MOCCIARO