Domingo 31 de Enero de 2010 Edicion impresa pag. 45 > Deportes
La reina
Serena Williams prolongó su propia leyenda y logró el quinto título. En una espectacular final, frustó el regreso perfecto de la belga Henin.

Serena Williams defendió ayer con éxito su título en el Abierto de Australia al derrotar en una apasionante final a la belga Justine Henin, por 6-4, 3-6 y 6-2, con lo que prolongó su propia leyenda y frustró el sueño de su rival de concretar un regreso perfecto.

La estadounidense Williams sumó su quinto título en Melbourne, una cifra sin antecedentes en la era abierta del tenis. También estiró a 12 la cantidad de Grand Slams ganados, igualando la marca de su compatriota Billie Jean King.

La menor de las Williams ya había ganado junto con su hermana Venus el título de dobles, también por segundo año consecutivo.

La máxima favorita evitó que Henin terminara de rondear una obra perfecta. La belga, quien disputaba en Melbourne Park apenas su segundo torneo luego de una pausa de año y medio en su campaña, no pudo repetir el cetro conseguido en Down Under en 2004, ni sumar su octavo trofeo de Grand Slam.

La de ayer fue una excelente final, un duelo de estilos entre dos magníficas jugadoras, la potencia y el juego más físico de la actual número uno prevaleció ante la riqueza técnica de la belga. El favoritismo del público estuvo desde el principio con la belga, quien a lo largo del partido convirtió varios puntos de excelente técnica. Su revés y sus voleas en la red, deleitaron a los espectadores en el "Rod Laver Arena", pero a la hora de la verdad, Serena impuso su raza de campeona.

A Williams le llevó 8 minutos conservar su saque en el primer game e idéntico tiempo mantenerlo en el tercero. Henin lucía mejor, pero Serena le quebró en cero para ponerse 3-1.

La diferencia tenía que ver con la potencia del saque, que venía al rescate de Serena cuando más lo necesitaba.

Serena hizo 12 aces contra apenas cuatro de su rival, quien encima cometió seis dobles faltas.

Tampoco favorecían a la belga los fallos de los jueces. Dos veces tuvo razón al pedir el "ojo de halcón", y en otra, un cambio de decisión de un juez de silla motivó repetir el punto que le hubiera permitido quebrar en el quinto game, luego ganado por Williams.

Henin volvió a meterse en partido en el primer set con golpes exquisitos y quebró para 3-4 en el séptimo. Pero Serena decidió ir por más. Volvió a quebrar en su tercer set point y selló el 6-4.

En el segundo set todo cambió. Serena comenzó a equivocarse seguido y Henin a impresionar con su técnica. Un juego agresivo le dio resultado a la belga en el raid final, cuando quebró en el séptimo y noveno game, manteniendo el saque en el octavo.

Fueron nueve puntos consecutivos ganados por la belga, a los cuales se sumaron los siguientes cinco, ya en el tercer set. El estadio la aplaudía de pie, pero enfrente estaba una campeona.

Serena rompió en el tercer juego, y le quebraron en el cuarto, pero volvió a sacar ventaja en el quinto, para 3-2. A partir de entonces la estadounidense ya no aflojó. Rompió para 5-2 y sirvió para partido. Con un derechazo fortísimo, y luego de 2h 07m se ciñó la corona australiana por quinta vez.

Henin se quedó con las ganas de concretar su obra de un regreso perfecto, aunque tiene crédito abierto y seguramente en el futuro habrá varias batallas más con Serena, todavía, claramente, la reina del tenis femenino.

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