EL BOLSÓN (AEB). Un bombero voluntario de El Bolsón avistó a las 11.30 de ayer el cuerpo sin vida de Juan Manuel Ávila, el turista mendocino desaparecido el lunes pasado en las aguas del río Azul mientras hacía una excursión por la cordillera.
El rastrillaje tuvo resultados positivos luego de que lloviera intensamente ayer en la comarca andina, lo que habría facilitado que el cauce se removiera con la crecida y haya hecho emerger el cadáver del excursionista.
A poco del hallazgo partió una comitiva integrada por forenses, policías y funcionarios de Defensa Civil con la consigna de sacar el cadáver del agua y practicar las pericias preliminares en la misma zona del Cajón del Azul para luego bajarlo hasta la morgue de la ciudad, situación que recién se produjo a media tarde. Una vez cumplidos los trámites judiciales, estaba previsto que los restos sean trasladados a Guaymallén, en Mendoza, donde residía.
Los padres y otros familiares y amigos de Ávila se trasladaron el viernes hasta un refugio de montaña de las inmediaciones para seguir de cerca los acontecimientos. Allí pasaron la noche y estaban a la espera de los buzos tácticos de la Prefectura, con asiento en San Carlos de Bariloche, que durante el transcurso de la mañana del sábado debían reanudar la búsqueda. Los responsables del operativo pidieron el concurso de médicos y psicólogos del hospital para brindar contención y asistencia a los deudos, impactados con el final trágico del joven excursionista.
El cuerpo fue divisado desde lo alto de un acantilado por el bombero Héctor Pinilla, quien utilizó un catalejo durante su recorrido en razón de que la geografa del sector es sumamente compleja, con angosturas muy pronunciadas sobre el cauce del río y donde los brigadistas tuvieron que utilizar cuerdas y arneses para bajar.
Según los expertos, es probable que una vez que infortunado turista cayó, su cuerpo haya quedado atrapado entre los troncos del fondo de los rápidos hasta que la crecida provocada en la alta montaña por las precipitaciones de las últimas horas facilitó que salga. Las esperanzas de encontrarlo habían resurgido a última hora del viernes, cuando descubrieron una de sus ojotas en la orilla, a pocos metros de donde resbaló.
El lugar se ubica a unos 30 kilómetros al noroeste de El Bolsón, cerca del límite con Chile, al que se accede apenas por un sendero boscoso tras cuatro horas de caminata.
El joven cayó a las aguas congeladas a las 14.05 de lunes, cuando estaba haciendo una excursión en compañía de un amigo. Este le iba sacando fotos desde la orilla y en el momento que se subió a una roca de gran porte resbaló con sus ojotas en la superficie mojada, cayó de cabeza en unos rápidos donde habría perdido el conocimiento y no apareció más.
Juan Manuel Ávila cumplía 24 años al día siguiente en que desapareció. Era un deportista habitual e incluso practicaba surf con regularidad. En diciembre se había recibido de licenciado en Administración de Empresas en la Universidad de Cuyo y junto a otros amigos habían planificado el viaje al sur. Al final, sólo uno de ellos pudo acompañarlo, el mismo que le sacó la última foto instantes antes de que cayera en las aguas del Cajón del Azul.