En especial durante los fines de semana aparecen algunos desaforados conductores de motos y cuatriciclos que, emulando a los cultores de la adrenalina del rally internacional, invaden a través de la avenida Curu Leuvú y la rinconada las playas y los médanos que se extienden desde terraza al mar hasta los centros de avistaje de aves y de biología marina, afectando preferentemente la declamada "zona natural protegida".
En realidad esa desaprensiva acción convierte el lugar en zona desprotegida, liberada, tierra de nadie; es decir, en un "viva la pepa", agrediendo impunemente la naturaleza y poniendo en riesgo la integridad física de sus semejantes.
Esto ocurre por la falta absoluta de operativos sorpresivos a realizar por inspectores de tránsito y guardafaunas con el auxilio de la fuerza pública en días y horarios pico mediante los cuales se sancione rigurosamente a los infractores con multas, suspensión de licencias y/o secuestro de unidades, según corresponda, de modo de restablecer así el orden civilizado y preservar el medio ambiente, en particular el hábitat de innumerables especies.
Cabría complementar lo dicho con una adecuada reposición de cartelería preventiva y un sólido posteo que clausure los accesos clave.
Por último, entiendo que es prioritario delimitar las responsabilidades de los gobiernos municipal de SAO y de la provincia por ausencia e inacción, debiéndose arbitrar urgentemente los medios necesarios e impartir precisas instrucciones a las respectivas secretarías y organismos competentes para poner coto a esta anárquica situación.
Es el clamor de un residente, ciudadano común y puntual contribuyente, como estoy seguro será de la mayoría del vecindario.
Rubén M. Aranzábal, DNI 5.443.231
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